ASAJA, una vez que la Junta de Castilla y León ha abierto a periodo de consultas la versión preliminar del Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León para el periodo 2014-2020, asegura en un comunicado de prensa que la Administarción Regional pretende excluir a la mayoría de las explotaciones agroganaderas leonesas de la ayuda a zonas de montaña y desfavorecidas.
El motivo de esta decisión, aseguran desde la Organización Agraria, es que no serían elegibles a efectos de la ayuda las explotaciones con más de un 50 por ciento de su superficie de regadío, ya que entienden que en estas explotaciones “por su tipo o economía de escala no precisan de una compensación por pérdida de ingresos o costes adicionales”.
Dada la estructura productiva de la provincia de León, más del sesenta por ciento de los 4.700 agricultores a título principal que pidieron el pasado año estas ayudas, se quedarán sin ellas en la nueva programación, pues se trata de explotaciones que o bien son en su totalidad de regadío o riegan más de la mitad de su superficie, algo quye se califica de «insasumible» por parte de ASAJA por lo que exige que se retire de los textos oficiales antes de su presentación ante Bruselas.
ASAJA reconoce que las explotaciones de regadío son al menos cuatro veces más productivas que las de secano, pero no es menos cierto que el regadío leones y de otras muchas zonas de Castilla y León se caracteriza por el minifundismo, la predominancia del arrendamiento sobre la propiedad de lo cultivado, infraestructuras de regadío obsoletas, y no siempre hay garantía de disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente a precios asumibles. En definitiva, no es cierto, afirman desde la OPA, que la renta agraria del regadío de la provincia de León sea superior a la renta agraria de las explotaciones de secano del conjunto de Castilla y León, explotaciones estas últimas que sí van a poder acceder a estos fondos europeos.
Estas ayudas, las últimas abonadas se corresponden al año 2012, alcanzan un importe máximo por explotación de 1.600 euros en zonas de montaña, 1.565 en el resto de zonas y un máximo de 300 euros a los agricultores con toda su superficie de cultivo en regadío y se dirigen exclusivamente a los profesionales que ejercen la actividad a título principal.
