«El maíz se confirma como cultivo ideal para nuestros regadíos» AGROPAL

Agronews Castilla y León

13 de mayo de 2014

maíz
  • Necesita nitrógeno, fósforo y potasio.
  • Hay que sembrar 100.000 semillas por hectárea cuando el peligro de heladas tardías ya haya pasado; a partir del mes de abril

El maíz es un cultivo adaptado a nuestra zona y además es indispensable- cada vez más- en la fabricación de productos alimenticios y para uso industrial. Es un cultivo muy antiguo, que ya se cultivaba en México y Centro América hace 7000 años. Hoy se encuentra muy extendido en todo el mundo, sobre todo Europa y América.

Se trata de un cereal (Zea mays), con porte robusto, desarrollo rápido y de ciclo anual. El tallo es simple, erecto y hasta de cuatro metros. Tiene en la misma planta flores masculinas (situadas en el penacho) y flores femeninas (situadas en la mazorca).

Las raíces son en forma de cabellera para sujetar bien la planta al suelo. Hojas largas, de gran tamaño, en forma de lanza y con nervios paralelos. El desarrollo vegetativo es muy rápido, desde que sembramos la semilla hasta que aparecen los primeros brotes solo pasan de ocho a diez días. El maíz es un cultivo muy estudiado a nivel mundial por los científicos genetistas. Así ocurre que todos los años salen nuevas variedades de híbridos que van buscando altos rendimientos de producción basados en resistencias a virosis, condiciones climáticas adversas, plagas, caída de la mazorca, etc.

Preparación del terreno

Se recomienda efectuar una labor de arado para que el terreno quede esponjoso con capacidad de captación de agua sin encharcamientos, además de enterrar los restos del cultivo anterior. En cuanto a la rotación de cultivos, el maíz se adapta a cualquier rastrojo.

Para su desarrollo necesita una cierta cantidad de elementos minerales. Principalmente nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Las cantidades de fósforo y potasio necesarias dependen de las existencias del suelo. En cambio, el nitrógeno (N) debe aportarse según la cantidad de cosecha esperada, y para que sea lo más eficaz posible (cantidad de maíz por cada kg de N) debemos aportar el N en diferentes formas (nítrico, amoniacal, etc.) para que sea tomado por la planta de una manera progresiva.

Se debe hacer un abonado de fondo importante (10-20-20+S+Mg ó 10-26-26; 12-23-23 10-26-16+S+Mg) de 800-1000 Kg/Ha durante las labores de cultivo y abonados de cobertera a base de abonos nitrogenados y en cantidades que oscilan entre 500 y 700 Kg/Ha aproximadamente.

También cabe la opción de hacer un abonado de aplicación única a base de 23-8-7 a 1200 Kg/Ha.

La fertilización nitrogenada o de cobertera es determinante en la producción de maíz a obtener, pudiendo utilizar una amplia gama de productos para cubrir esta necesidad desde el clásico NAC 27, NSA26 o Urea hasta soluciones más modernas como Yaravera (antes Sulfamid), Ureatec, etc. Es importante hacer un abonado acorde con las necesidades de la planta de una forma controlada e inteligente.

Según las características del suelo, deberemos añadir magnesio (Mg) y azufre (S); mejor con el abonado de fondo y durante el cultivo, microelementos (sobretodo Boro) y /o aminoácidos que nos van a hacer tener un mejor desarrollo de la planta.

La siembra

Se siembran aproximadamente 100.000 semillas por hectárea a una profundidad de entre 3 y 5 cm. Hay que sembrar lo antes posible cuando el peligro de heladas tardías haya pasado. En nuestra zona es mejor a partir de abril.

La germinación de la semilla se produce cuando el suelo está por encima de 12-15 ºC. La temperatura ideal para el desarrollo del maíz está entre 25-30 ºC. El maíz llega a soportar de hasta 8ºC y a partir de 30ºC pueden aparecer problemas de falta de absorción de nutrientes y agua (se para el crecimiento).

Variedades y ciclos

Para cada zona y época de siembra existe un número de días en los cuales el cultivo se puede desarrollar y es en función de este espacio de tiempo en el que se ha de basar la elección de una u otra variedad.

El ciclo del maíz viene definido por el número de días que transcurren desde que la planta ha nacido hasta que alcanza su madurez fisiológica. Pueden ir desde ciclos 300 en zonas más frías de Saldaña, hasta ciclos 600 en siembras tempranas de Zamora o Medina del Campo.

Para eliminar la competencia de las malas hierbas rápidamente, debemos aplicar una combinación de herbicidas a continuación de la siembra.

Posteriormente debemos vigilar el resultado del tratamiento y en caso que alguna mala hierba haya emergido o no se haya podido realizar el tratamiento, debemos hacer un pase que respete el cultivo y elimine las malas hierbas. Como herbicidas de preemergencia y/o post temprana, para hierbas de hoja ancha y estrecha podemos utilizar: Primextra Gold, Stomp aqua + Spectrum, Sulcotrina; solos o en mezclas.

Como herbicidas de post temprana, para hierbas de hoja ancha, Emblem y para hierbas de hoja estrecha: Accent, Nicosulfurones; solo y en mezclas.

Riegos y plagas

El maíz es una planta exigente en agua. Es importante la cantidad de agua y también el momento. La falta de agua en todos los estados, especialmente en la floración, produce daños irrecuperables. Tenemos que intentar retrasar el primer riego hasta que la planta enraíce bien, pero sin que llegue a presentar síntomas de marchitez.

También hay que estar atento en el desarrollo del cultivo para detectar posibles problemas provenientes de plagas, especialmente en la nascencia. Las principales son el gusano de alambre, gusano gris, pulgón y los ácaros. Es recomendable prevenirlas y, en caso de que surjan, combatirlas. Los tratamientos más aconsejables son a base de Cipermetrinas y acaricidas específicos.

Enfermedades y cosecha

El maíz es un cultivo muy adaptado a condiciones de presión fúngica. Sin embargo, hay enfermedades como la antracnosis y royas que pueden causar pérdidas importantes.

También, cada vez hay más demanda de maíz libre de micotoxinas, estas son metabolitos producidos por hongos y que dan problemas a animales y humanos.

Todo agricultor sabe que debe cosechar, una vez madurado el maíz, lo más pronto posible, siempre y cuando la humedad del maíz sea adecuada. Esto significa menor coste de secado y mayor rentabilidad. Y siempre hay que procurar segar antes de la llegada del invierno, para que el maíz no lo tenga que pasar en la parcela.



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