Mañana 14 de octubre, la fábrica de Miranda comienza a molturar remolacha, con unas previsiones, según se afirma desde ASAJA La Rioja, similares a las del pasado año, una riqueza de 17 grados y un rendimiento cercano a las 110 T/ha.
Aunque el final de las cuotas de azúcar en 2017 genera incertidumbre en un sector que ha demostrado eficacia y estabilidad, cierto es que campaña tras campaña los remolacheros siguen apostando por este cultivo incrementando la superficie sembrada en La Rioja. Desde 2009 el número de hectáreas dedicadas a este cultivo se han incrementado un 25%, pasando de 1.080 a las 1.356 has actuales. El principal motivo de este aumento de superficie y apuesta por la supervivencia de un cultivo centrado en La Rioja alta, ha podido ser la estabilidad de los precios que han conseguido mantener la industria y los productores y que, tras la firma del Acuerdo Marco Interprofesional (AMI) firmado el pasado año, los garantiza para los siguientes cinco años.
El precio base de garantía se sitúa en 26,29 euros por tonelada, al que hay que restar la cotización a la producción (0,84 euros por tonelada), y sumar valores como la compensación por pulpa (2,36 euros por tonelada), el complemento de estabilidad para aquellos con rendimientos superiores a la zona (3,69 euros por tonelada), el complemento denominado “remolacha sostenible” (entre 1 y 2 euros por tonelada, en función de la distancia a la fábrica), una prima vinculada al precio del mercado del azúcar (0,25 euros por tonelada) y las ayudas públicas enmarcadas en la nueva PAC y vinculadas a la producción (4,5 euros por tonelada) y a través del Plan de Desarrollo Rural (PDR), en torno a 4,5 euros por tonelada. Por tanto, el remolachero viene a percibir en torno a 43,09 euros por tonelada aproximadamente.
La producción de remolacha en La Rioja en la campaña 2014/2015 se situó en torno a las 147.000 toneladas, dentro de los 33 municipios de La Rioja Alta dedicados a este cultivo.
