Río Ebro: El ‘rey Midas’ del norte de Burgos

Agronews Castilla y León

11 de octubre de 2014

pesquera

La provincia de Burgos es la única de España que recibe en su tierra las bendiciones de los dos grandes ríos de la Península. El Duero al sur y el Ebro al norte. El segundo, además le da el nombre a la Iberia antigua, la imperial, la fértil y recia. El Ebro nace en Cantabria y se convierte, pasando por media España, en el río más caudaloso y generoso. Cruza todo el norte de la provincia de Burgos. Entra por el noroeste y muere por el este hasta salir muy cerca de Miranda, hacia La Rioja.

A lo largo de su curso medio se convierte en el Rey Midas porque toda tierra que riega la convierte en un vergel fecundo, como las huertas riojana, alavesa y navarra, por ejemplo. En la provincia, el Ebro vive su infancia y primera juventud. Penetra valles, baila entre las montañas y abre su seno a especies ictícolas de gran calidad.

Las fuentes del Ebro, en Fontibre (Cantabria). BC

Las fuentes del Ebro, en Fontibre (Cantabria). BC

El pico Tres Mares, en Alto Campoo, cerca de Reinosa, ejerce de madre y padre natural del Ebro. A sus pies nace; por el interior de sus entrañas penetra hasta resurgir en Fontibre (las fuentes del Ebro), antes de entrar en tierras de Burgos. Fontibre es un lugar especial, un lugar de poder. Tierra y agua se hacen una y convierten el lugar en un espacio lleno de magia. Una figurita de la Virgen del Pilar preside la surgencia y recuerda el milagro y aparición a Santiago de la Madre de Dios. Allí inicia su camino, su especial singladura que le llevará al Tetis romano, al Mediterráneo. Allí se sumerge y se hace uno con el mar.

El Ebro en Burgos, pese a ser joven y bullicioso, compone estampas inigualables. Empezando por el mar artificial que se agranda en Arija, su embalse. Aguas abajo, y tras un testimonial paso de nuevo por Cantabria y Palencia, vuelve a Burgos tras bañar Berzosilla y Báscones, en las tierras de los Vacceos. Al entrar por Polientes y Rocamundo (Cantabria) llega a Orbaneja, a Escalada… y cincela el cañón más bello del norte de España. Pesquera, Cortiguera, Valdelateja… se rinden al río. El Ebro hiere la altiplanicie caliza y forma caprichosas formas en todo el valle. Podemos recrear la vista en Orbaneja, en Tubilla, en Covanera… Se hace uno con el Rudrón en el valle y éste le alimenta para que se haga adulto.

El río a su paso por Frías con su puente medieval. BC

El río a su paso por Frías con su puente medieval. BC

Manzanedo y Los Hocinos

Encinas y vegetación de ribera complementan la impresionante visión desde lo más alto de la garganta de Cortiguera, junto a hileras de chopos, álamos, fresnos o sauces de la ribera del Ebro. Penetra y rasga la tierra de Tudanca, Tubilleja, Cidad, Quintanilla Colina o Villanueva Rampalay. Entre Tudanca y Cidad de Ebro cinceló en su día el tremendo desfiladero de Los Tornos desde donde enfila su entrada en el Valle de Manzanedo.

Desde allí, sigue el curso de varios desfiladeros, alguno de ellos de gran belleza, como el de Los Hocino, y se encamina por el Valle de Valdivielso hacia tierras fértiles de Frías y Miranda. Antes ya ha esculpido y dibujado montañas y riberas en Hoz de Valdivielso, en Condado, en Cereceda…

Y de allí a la mítica Frías, la ciudad más pequeña de España. El río circula entre dos cadenas de montañas, la Tesla y la Sierra de La Llana, al nordeste, y la llanura de las primeras estribaciones de Los Altos, al sur, antes de llegar a Frías. La bajada del Ebro, hasta las presilla de Cereceda y Cillaperlata, primero, y más adelante la de Sobrón, es plácida.

Antes de tocar el gran muro de este embalse, encierra en un meandro a la central nuclear de Garoña, pasea por Montejo de Cebas y Montejo de San Miguel. El Ebro se hace remanso en Montejo y juguetea con las montañas antes de adentrarse en parajes más fértiles y verdes. En tiempos pasados, la comarca explotó los frutos generosos del campo en sus formas silvestres: setas, vinos y su caza para conformar una gastronomía única. Y Frías -donde en su puente se pagaba el portazgo o peaje de paso- y la Horadada.

En Miranda, el Ebro es un emblema. BC

En Miranda, el Ebro es un emblema. BC

Miranda

El Ebro es la vida de la ciudad de Miranda y el que le da su apellido. De Aquende -la parte vieja- a Allende -la ciudad moderna- el río establece fronteras naturales que se salvan por los pasos francos de sus puentes. El más emblemático de todos es el de Carlos III. Se construyó en el año 1777 bajo la dirección de Francisco Alejo de Aranguren, sobre otro medieval del que se conserva la traza. Dos leones custodian el puente desde 1786, obras del escultor alavés Juan Antonio de Moraza; uno de ellos sujeta el escudo real y el otro el de la ciudad.

www.burgosconecta.es



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