La FAO coloca la cosecha mundial de cereales 2023 en los 2 815 millones de toneladas e igualará a la producción récord de 2021

Agronews Castilla y León

8 de septiembre de 2023

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El pronóstico de la FAO sobre la producción mundial de cereales en 2023 se ha revisado a la baja en 4 millones de toneladas en comparación con la cifra anterior publicada en julio. Sin embargo, pese a la rebaja de este mes, se prevé que la producción mundial de cereales aumentará un 0,9 % en términos interanuales, con lo que alcanzará los 2 815 millones de toneladas e igualará a la producción récord de 2021.

La mayor parte de la reducción de este mes guarda relación con un descenso de las perspectivas mundiales para el trigo, cuya producción mundial se cifra ahora en 781,1 millones de toneladas, es decir, 2,2 millones por debajo de las expectativas de julio. De confirmarse este nivel, la producción mundial disminuiría un 2,6 % en términos interanuales, pero aun así sería la segunda más cuantiosa jamás registrada. Las revisiones a la baja de los pronósticos sobre la producción del Canadá y la Unión Europea, debido a la persistencia de condiciones atmosféricas secas que redujeron los rendimientos, explican gran parte del descenso de este mes. También se redujeron los pronósticos sobre la producción de trigo en China, aunque en menor medida, ya que las intensas lluvias en las principales regiones productoras han causado un empeoramiento de las perspectivas de rendimiento. Estas reducciones se vieron compensadas en parte por el incremento de los pronósticos sobre la producción en los Estados Unidos de América, donde los datos actualizados de las encuestas señalaron una mayor superficie de trigo de primavera, así como en la India y Ucrania, según los últimos datos gubernamentales que apuntan a rendimientos mayores de lo previsto anteriormente.

El pronóstico sobre la producción mundial de cereales secundarios en 2023 disminuyó en 1,3 millones de toneladas respecto de la previsión de julio y asciende ahora a 1 511 millones de toneladas, cifra que aún supone un aumento anual del 2,7 %, correspondiendo a las cosechas de cebada y avena la mayor parte de los nuevos recortes.

El pronóstico sobre la producción mundial de cebada se redujo en 2,9 millones de toneladas, situándose en 143,8 millones de toneladas, lo que representa un descenso interanual del 5,6 %. Las perspectivas de reducción de la producción obedecen a un deterioro de las condiciones de los cultivos y de las previsiones de rendimiento en la Unión Europea y el Canadá.

El recorte de la previsión sobre la producción mundial de avena se debe principalmente a las perspectivas de disminución de las cosechas en el Canadá, los Estados Unidos de América y la Unión Europea, como resultado de superficies sembradas y rendimientos menores de lo previsto. Según el pronóstico, en 2023 la producción mundial de avena descenderá a su nivel más bajo en 11 años, estimándose en 23,1 millones de toneladas.

Estos descensos se ven compensados en parte por la producción mundial de maíz, que se ha incrementado en 3,6 millones de toneladas y ahora se calcula que alcanzará el récord de 1 215 millones de toneladas. La mejora de las perspectivas está ligada a una mejora de las cosechas en el Brasil y en Ucrania, donde el rendimiento del maíz está superando las expectativas iniciales, lo que compensa con creces los recortes previstos en la producción en los Estados Unidos de América y la Unión Europea.

En cuanto al arroz, el pronóstico de la FAO sobre la producción mundial en 2023/24 también se ha reducido en 500 000 toneladas desde julio, ubicándose en 523,2 millones de toneladas, cifra que sigue estando un 1,1 % por encima del nivel reducido de 2022/23. La revisión refleja principalmente las estimaciones de disminución de la superficie sembrada con los principales cultivos en Indonesia, cuya cosecha se concluyó en abril, así como la reducción de las expectativas en Tailandia, donde la siembra de los principales cultivos se ha retrasado respecto de los niveles del año pasado debido a la irregularidad de las precipitaciones y a la disminución del suministro de agua para el riego. El exceso de precipitaciones y las inundaciones en las provincias del noreste también hicieron que se redujeran en cierta medida las expectativas sobre las cosechas en China. Estas revisiones se vieron compensadas en parte por la mejora de los pronósticos acerca de varios otros países, en particular Camboya, Colombia, los Estados Unidos de América, Nigeria y la República Islámica del Irán, en todos los casos debido principalmente a plantaciones superiores a lo previsto anteriormente.



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