Esta restauración ha permitido mejorar el estado de conservación de las lagunas, condición indispensable para que los ecosistemas acuáticos continentales tengan mayores posibilidades de adaptación a las nuevas condiciones climáticas, caracterizadas tanto por la disminución de las aportaciones hídricas como por su irregularidad.
En concreto, la actuación ha permitido crear bosquetes con árboles y arbustos autóctonos para favorecer la nidificación de aves, restaurar la duna próxima la laguna del Carrizal –mediante plantación de matorral autóctono que consolide el talud- para impedir el tránsito de vehículos a motor, y la limpieza selectiva de la vegetación en el arroyo de la Cigüeña.
Decapado para facilitar la inundación
Por otro lado, en la laguna Lucía se ha efectuado un decapado experimental de los sedimentos para facilitar la inundación, así como la mejora de los accesos, mediante firme de zahorra, la creación de tres zonas de estacionamiento valladas en su perímetro, así como el trazado de una senda peatonal que recorre los montes de utilidad pública y da acceso al observatorio de aves.
Este último, construido en madera y emplazado junto a la laguna del Carrizal, es apto para personas con movilidad reducida y se suma a la estación permanente de observación y anillamiento en la laguna Lucía, que llega hasta el propio vaso y ofrece grandes posibilidades para un seguimiento científico y divulgativo de la variedad ornitológica del humedal. Toda la actuación se ha completado con señales, rótulos y paneles identificativos.
Los estudios reflejan que el conjunto lagunar entre Hontalbilla y Lastras de Cuéllar presenta un buen estado en general, tras analizar con detalle comunidades de invertebrados, bentónicos, diatomeas y fitoplancton, aunque la calidad de las aguas no es óptima. Respecto a la vegetación, se han catalogado más de 500 especies en la zona, de las que 13 son consideradas de “atención preferente”.
Prados mediterráneos y lagos eutróficos
Además, se han identificado dos hábitats de interés comunitario: prados mediterráneos de hierbas altas y lagos eutróficos naturales con vegetación. Por su parte, la fauna suma unas 500 especies entre mamíferos, aves, moluscos, anfibios, reptiles e insectos, con la llamativa presencia del tritón jaspeado o la culebra viperina.
La zona ha venido sufriendo la acción del hombre, plasmada en vertidos indirectos de residuales y explotación directa de turbas y arenas –ya resueltos-, sin olvidar que el funcionamiento hidrológico del ecosistema depende del estado del acuífero subyacente, sometido desde mediados del siglo XX a una intensa explotación que ha ocasionado una bajada del nivel freático y, en consecuencia, menor disponibilidad de agua en las lagunas.