El reciente acuerdo provisional sobre la Directiva de Emisiones Industriales, aprobado por el Parlamento Europeo, ha encendido las alarmas dentro del sector ganadero, particularmente entre las granjas porcinas y avícolas de tamaño mediano y pequeño. La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha expresado su profunda preocupación al respecto, advirtiendo sobre las severas implicaciones que estas nuevas exigencias podrían tener para un sector ya asfixiado por la burocracia y los crecientes requisitos de sostenibilidad.
Un golpe duro para las granjas de tamaño mediano y pequeño
Las modificaciones a la Directiva sobre Emisiones pretenden incrementar los umbrales de emisión para granjas porcinas y avícolas, lo cual, según la Unión de Uniones, extiende las exigencias a un número mayor de explotaciones de tamaño mediano y pequeño. Este cambio implica una mayor carga burocrática y de gestión, así como un incremento en los niveles de inspección, factores que amenazan con hacer insostenible la operación de muchas de estas granjas.
Las consecuencias de rebajar los umbrales
A pesar de que la intención detrás de la revisión de la Directiva pueda ser la de mejorar la sostenibilidad y reducir las emisiones contaminantes, la Unión de Uniones alerta sobre el impacto negativo que estas medidas tendrán. Al rebajar los umbrales de emisión, el número de granjas afectadas aumenta significativamente, lo que resultará en un coste social y económico considerable, sin representar una mejora proporcional en términos de cobertura de censo.
La creciente presión sobre el sector ganadero
Este nuevo conjunto de exigencias se suma a una ya larga lista de normativas de bienestar animal, ambientales y sanitarias que han estado presionando al sector en los últimos años. Desde la reducción obligatoria del censo ganadero hasta la implementación de Mejores Técnicas Disponibles (MTD), estas regulaciones han puesto en jaque a numerosas granjas, forzándolas a adaptarse a un entorno cada vez más restrictivo y costoso.
La voz de la industria frente a la burocracia
Rossend Saltiveri, responsable del sector porcino de Unión de Uniones, y Néstor Serra, responsable estatal del sector avícola, han manifestado su descontento y preocupación por el futuro del sector. La necesidad de reducir el uso de antibióticos, junto con la creciente burocracia y ahora las nuevas exigencias de emisión, plantean desafíos casi insuperables para muchas granjas. Además, la oposición de ciertos grupos políticos a enmiendas que buscarían aliviar la presión sobre las granjas más pequeñas añade una capa más de frustración y desesperación entre los ganaderos.
Conclusiones y perspectivas de la directiva de Emisiones Industriales de la UE
El acuerdo provisional sobre la Directiva de Emisiones Industriales representa un momento crítico para el futuro de la ganadería en Europa. Mientras que los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones son loables, es fundamental encontrar un equilibrio que no comprometa la viabilidad de las granjas medianas y pequeñas, que forman un pilar esencial del tejido rural y de la seguridad alimentaria.
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos hace un llamamiento urgente a reconsiderar las implicaciones de estas medidas, buscando alternativas que permitan a las granjas adaptarse sin comprometer su existencia. El futuro del sector ganadero depende de una política equilibrada que reconozca las realidades y desafíos que enfrentan las granjas de todos los tamaños.
El problema de las emisiones en granjas avícolas es multifacético, afectando tanto al medio ambiente como a la sostenibilidad del sector. La generación de amoníaco y otros gases contribuye al cambio climático y la contaminación del aire, lo que presiona a estas granjas para implementar prácticas y tecnologías más limpias y eficientes. Este desafío requiere equilibrar la producción con la responsabilidad ambiental, lo que implica inversiones significativas y adaptaciones en las operaciones de las granjas.
