pérdidas del 90% en la actual campaña

Crisis devastadora para el cereal en Alicante

Agronews Castilla y León

9 de abril de 2024

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El sector agrícola de la provincia de Alicante se encuentra sumido en una crisis devastadora debido a las extremas condiciones climáticas que han afectado gravemente a los cultivos de cereal. Con una superficie cultivada que ha disminuido drásticamente y pérdidas que se estiman en un 90% para la campaña actual, los agricultores enfrentan una situación desafiante que amenaza su sustento y la economía regional. La falta de lluvias y las altas temperaturas han dejado el terreno extremadamente seco, impidiendo que las plantas de cereal enraícen adecuadamente y anticipando una cosecha prácticamente inexistente.

Ante este panorama desolador, la sectorial de cereales de ASAJA Alicante ha levantado la voz para pedir urgentemente un plan de supervivencia que pueda mitigar los efectos devastadores de la sequía en los cultivos de secano. El presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu, advierte sobre la situación caótica en la que se encuentran los agricultores, quienes están cultivando a pérdidas y enfrentan el riesgo de abandonar masivamente sus explotaciones. Se requieren medidas de apoyo y ayudas económicas para evitar el abandono de los cultivos y sus consecuencias devastadoras en el tejido agrario y económico de la región.

Impacto socioeconómico y ambiental de la crisis cerealista en Alicante

El colapso del sector del cereal en Alicante no solo afecta a los agricultores y sus familias, sino que también tiene repercusiones significativas en la economía regional y en la seguridad alimentaria. La pérdida del nivel adquisitivo y económico de la provincia, la destrucción de empleos agrícolas y la dependencia de la importación de cereal ponen en riesgo la soberanía nacional y la estabilidad del mercado de alimentos. Además, la desertificación del terreno y la falta de lluvias plantean serias preocupaciones ambientales, amenazando la biodiversidad y los ecosistemas locales.cereal

La crisis del cereal en Alicante pone de manifiesto la urgente necesidad de revisar y adaptar las políticas agrarias, especialmente la Política Agraria Común (PAC), para abordar los desafíos planteados por el cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas. Los agricultores se ven obligados a cultivar cosechas condenadas al fracaso para mantener el derecho a recibir las ayudas de la PAC, lo que subraya la necesidad de medidas flexibles y soluciones a largo plazo para garantizar la sostenibilidad del sector agrícola en la provincia.

El futuro del sector cerealista en Alicante se presenta cada vez más sombrío, con la esperanza menguante y pocas perspectivas de mejoría a corto plazo. La falta de lluvias durante meses ha dejado los campos áridos y desolados, dificultando enormemente las posibilidades de una cosecha exitosa. Los agricultores, que ya han sufrido pérdidas significativas en campañas anteriores, se enfrentan ahora a una situación aún más desafiante, con la incertidumbre de cómo recuperarse económicamente y mantener sus medios de vida en un entorno agrícola cada vez más inhóspito.

La crisis del cereal no solo afecta a los agricultores y al sector agrícola en sí, sino que también tiene un impacto más amplio en la seguridad alimentaria y la economía local. La escasez de cereal local podría llevar a un aumento de los precios de los alimentos básicos y a una mayor dependencia de las importaciones, lo que a su vez podría afectar negativamente a los consumidores y a la competitividad de la industria alimentaria. Además, la pérdida de empleos en el sector agrícola podría tener repercusiones sociales y económicas a largo plazo en las comunidades rurales de la provincia.

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Ante esta situación crítica, es fundamental que las autoridades locales y regionales implementen medidas efectivas y sostenibles para apoyar a los agricultores afectados y garantizar la viabilidad a largo plazo del sector cerealista en Alicante. Esto podría incluir inversiones en infraestructuras de riego, programas de diversificación de cultivos, apoyo financiero para la adopción de prácticas agrícolas sostenibles y la promoción de políticas que fomenten la conservación del suelo y el agua. Además, se necesitan esfuerzos coordinados a nivel nacional y europeo para abordar los desafíos del cambio climático y garantizar la resiliencia del sector agrícola en toda la región.



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