COAG rechaza el aumento del porcentaje de viñedos fijado por el MAGRAMA para este 2016

Agronews Castilla y León

27 de enero de 2016

COAG ha rechazado el aumento de cerca de 6.000 hectáreas fijado por el MAGRAMA para este 2016 correspondiente a las autorizaciones de las nuevas plantaciones de viñedo. Una cifra que no se corresponde con lo que desea la organización, optando como solución por un mínimo incremento del 0,2% (1.900 hectáreas), orientado principalmente a los jóvenes agricultores profesionales, con el objetivo de incentivar el relevo generacional en el sector.

Los jóvenes agricultores, los más perjudicados

Temen, tras esta resolución, que que los criterios marcados por el Ministerio de Agricultura para establecer la prioridad en la concesión de nuevas autorizaciones penalicen a los viticultores profesionales, ya que la normativa favorecerá a los menores de 40 años que no tengan viñedos a su nombre: “ Esto perjudicará especialmente a los jóvenes”, ha subrayado Joaquín Vizcaíno, responsable del sector vitivinícola de COAG.

Consideran que hay una contradicción en los requisitos para los agricultores jóvenes, ya que antes necesitaban tener una cierta cantidad de viñedo para recibir ayudas a Primera Instalación y ahora, si las tienen a su nombre, les penalizan.

Consideran que así se vendimiará «a pérdidas»

De esta forma creen que se vendimiará “a pérdidas” puesto que en las últimas campañas han sufrido unas significativas caídas de precios de la uva para vinificación, en algunos casos superiores al 20%. El último estudio económico del MAGRAMA sobre el sector vitivinícola en 2014, recoge unas pérdidas de 22.000 euros en un explotación tipo en España, (- 427€/hectárea).

Además, desde COAG entienden que un buen número de estos derechos o la mayoría de ellos acabará transformados en autorizaciones y plantados de viñedo ya que son superficies que pueden acogerse a las ayudas a la reconversión del viñedo y no se dejaran expirar su período de validez en tanta magnitud como hasta la fecha. Por ello, esperan un crecimiento “ordenado y regulado” de la superficie de viñedo en España que garantice, de esta forma, la rentabilidad de los agricultores.



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