El charcutero de por aquí vuelve a equivocarse y ya van dos. Sus vídeos, qué quieren que les diga, son de casquería, ni de risa, ni de terror. Hace no mucho tiempo, tuvo que afrontar, como tantas empresas, una situación difícil. En esa tarea fue ayudado, y mucho, y en esto ya no podemos decir como tantas empresas.
¿Su reacción? Pues también muy de por aquí: aplicar dinero e inteligencia, más de lo primero que de la segunda, a atacar a quien le había ayudado, confundir churras con merinas o perniles con butifarras y convertir la solidaridad de todos en negocio de unos pocos.
Le grabaron un anuncio, supongo que a precio de oro, los pata negra de la izquierda española, más divina que la francesa, en el que criticaban a aquellos que habían gestionado las ayudas. La compañía firmante, con sus pagos a los ideólogos, confirmaba la denuncia de los recortes tras haberse beneficiado de unas subvenciones que cuestionaban la existencia de tales que, por otra parte, los hubo, pero no para el antecitado charcutero. Por cierto, algo debieron funcionar los servicios públicos que se decían recortados para evitar que la tragedia fuera mayor.
Al tiempo, aprovechando que el Arlanzón pasa por Burgos, los actores del partido (del partido por antonomasia, que no es el que gobierna) hacían doble negocio: el del spot (perdón por el anglicismo) y el de su cansina critica a todo lo que suene a democracia liberal. Redondo les salió, y no de ternera, sino de cerdo.
Fue tal el éxito conseguido, fruto no sé si de la ingenuidad o del exceso de generosidad del público español, que, transcurrido un tiempo, graban otro vídeo, o anuncio, o lo que sea… El argumento, el de siempre: una sucesión de erradas comparaciones con otros países de Europa, relativas a tecnología, bienestar, protección social, etc… para concluir que sí, que en eso nos ganan pero que aquí nos queremos mucho y que nuestro mayor mérito es salir a picotear, a tomar cañas y a beber vinos.
Pues no. Parece mentira, estos chicos de la izquierda, con el dinero que tienen y lo poco que viajan o lo poco que se enteran cuando viajan.
Porque, siendo verdad que nos gusta lo de salir, lo de querernos y lo de las cañitas, también lo es que nuestras compañías, empezando por las tecnológicas y siguiendo con Florentino Pérez, son las que marcan la pauta empresarial en esos países que tan bien parados salen en el desafortunado vídeo. Eso, por no hablar de la calidad de los servicios públicos y el coste, en unos lugares y otros, de los servicios sociales.
Hombre, sí hay algo en lo que nos ganan, en el empleo, pero algo tendrá que ver la legislación laboral que tenemos en España y que sean precisamente estos, los del anuncio, quienes han liderado, en ocasiones, la oposición a cualquier tímida reforma.
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