Un tercio de las empresas del sector TIC de La Rioja tiene orientada su actividad al sector agrícola y ganadero

  • Las mayores especializaciones vienen de la analítica de datos, la programación predictiva y el cuaderno de campo digital

Agronews Castilla y León

21 de julio de 2023

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En torno al 30% de las empresas TIC de La Rioja tienen orientada su actividad hacia los sectores agrícola y ganadero. Así lo ha constatado el estudio realizado a las empresas TIC riojanas en el marco del proyecto ‘Rurales, Agrarios, Digitales y Sostenibles -RADS’ que están llevando a cabo ARAG-ASAJA y AERTIC con el fin de avanzar en la digitalización del sector agrario y ganadero con el apoyo de las empresas tecnológicas de La Rioja. Con este estudio se completa la ‘fotografía’ del estado de situación ya que, hace unas semanas finalizó el estudio realizado al sector primario y quedaba pendiente el del sector tecnológico.

El estudio tecnológico se ha realizado a 45 empresas TIC de La Rioja cuyas características son que casi dos tercios de ellas tienen menos de 20 trabajadores y más de un tercio consigue un volumen de negocio anual (facturación) de más de un millón de euros.

Se mantiene todavía reducida la facturación de los servicios realizados al sector primario, que no supera el total del 40 por ciento de la media de la facturación total de las empresas TIC, si bien, el 72 por ciento de las empresas consultadas estima que crecerá más de un 50 por ciento en los próximos años.

Tecnología nacional e internacional

Respecto al ámbito territorial donde ejercen su actividad, casi el 60 por ciento de las empresas la realiza a nivel nacional e internacional, el resto, en La Rioja y las comunidades limítrofes.

Predominan entre las empresas que prestan servicios TIC, aquellas que lo hacen de tecnologías específicas. Los servicios que más prestan en este ámbito son, por orden de prioridad: la analítica de datos para la toma de decisiones con Inteligencia Artificial y la programación predictiva con análisis de escenarios futuros. Estos aspectos son los menos implantados en las explotaciones agropecuarias riojanas, lo que indica que prestan servicios altamente innovadores y con proyección de futuro.

Otros servicios que también prestan las empresas TIC riojanas están relacionados con el cuaderno de campo digital; los CRM; las estaciones meteorológicas; las alertas de plagas y enfermedades; el riego automatizado; la dosificación variables y las redes sociales para uso profesional.

Sólo una minoría de ellas, sin embargo, el 24 por ciento, realizan actividades de mapeo, que es una de las tecnologías más eficaces para el control de  consumo de insumos y, por tanto, para el ahorro de costes. En ganadería se desarrolla más el tema de geolocalización del ganado.

Por su parte, dentro de los servicios generalistas ayudan a las explotaciones en aspectos como la cobertura de Internet, firma digital, banca online o email, entre otras.

En general, las empresas se muestran colaborativas con otras para prestar este tipo de servicios, así lo reconoce el 60 por ciento de las empresas encuestadas.

Los cultivos y especies con más peso, los más tecnológicos

Por cultivos y sectores ganaderos con los que trabajan las empresas TIC, los más recurrentes representan su propio peso en la agricultura riojana. Así, a distancia del resto se sitúa el viñedo, como primer cultivo que más se beneficia de las TIC (un 80 por ciento). A continuación le siguen los frutales (56 por ciento); las hortalizas (44 por ciento); el olivar (40 por ciento); el vacuno (36 por ciento); el cereal (28 por ciento); caprino, equino, almendro, leguminosas, remolacha, ovino, oleaginosas y proteaginosas y patata.

Consultados por los siguientes cultivos con los que les gustaría ampliar su negocios, las empresas TIC han respondido en este orden, cereal, frutal, equino, almendro, olivar, caprino, hortalizas, oleaginosas y proteaginosas, ovino, vacuno, leguminosas, patata, remolacha y viñedo.

Respecto a los obstáculos que identifican para comercializar y prestar estos servicios, las empresas citan, por orden de mayor a menor importancia: la desconfianza y reticencia al cambio de los productores; la falta de recursos económicos; la edad, muchos de ellos próximos a la jubilación; la falta de formación; la falta de ayudas para acometer estas inversiones; la falta de medios tecnológicos; la no obligatoriedad de su uso y la falta de cobertura en toda la explotación.



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