La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) valoró hoy en 45 millones de euros las pérdidas de los productos de patata de Castilla y León durante el año 2014, la mitad de los 90 millones de inversión que supone, en una un campaña que calificaron como «absolutamente desastrosa» por la bajada de los precios. Si a esta situación le sumamos la mala cosecha del cereal se ha cerrado un año negativo para muchas explotaciones de la Comunidad.
Así lo indicó el responsable del sector de la Patata de UCCL, Guillermo Ruiz, quien explicó que los gastos por hectárea, unas 20.000 en la Comunidad, están en 6.000 euros, con una producción de 50 toneladas a un precio medio de cinco o seis céntimos y unos gastos de 12 céntimos por kilo, lo que supone «unas pérdidas medias de 3.000 euros por hectárea». En la región hay 20.000 hectáreas del cultivo, de las que 5.000 pertenecen a industrias.
El consumidor, según sus datos, ha pagado 450 millones de euros y a los productores solo les ha llegado 45 millones por lo que el sector ha generado 250 millones «para unos cuantos», ya que, tal y como denunciaron, su elaboración es mínima, con unos costes de unos 150 millones de euros.
Con esto datos, UCCL mantuvo que el cultivo tiene rentabilidad, pero hay un desequilibrio en la cadena de valor, un punto en el que reclamó la intervención de la Administración. «Es una tarea política, que tiene que servir de herramienta para propiciar un equilibrio en la cadena de valor. Lo único que hacen los políticos es maquillaje, pero realidades ninguna», aseveró. Por eso, la organización reclama constitución de interprofesional en la que la Administración garantice el equilibrio, según apuntó Jesús Manuel González Palacín, coordinador regional de UCCL en Castilla y León.
Asimismo, Ruiz se preguntó por qué los políticos no toman medidas reales para potenciar un sector que tiene que exportar de Francia cuando la calidad de la patata española es superior. «Tenemos muchísima mejor calidad y generamos trabajo».
El responsable de este cultivo defendió la importancia de apostar por un sector que es rentable y puede contribuir a la incorporación de jóvenes al campo, así como a impulsar la industria, los almacenes y, como consecuencia, a la generación de puestos de trabajo.
Desde la organización lamentaron una vez más la falta de apoyo de la Junta y criticaron que tenga dinero para otras actividades en lugar de apoyar a los productores. «Es más bonito ir a inaugurar un almacén que ayudar al productor», añadió.
Por su parte, González Palacín insistió en la necesidad de crear una interprofesional con un papel relevante para la Administración y poner equilibrar los precios porque de lo contrario «no sirve para nada» porque «para repartir el dinero que llega de Bruselas solo hace falta un ordenador».
De hecho, reclamó a los políticos valentía para hacer frente a los problemas que atraviesa la agricultura y ganadería en Castilla y León y que no se produzca una «ciclogénesis explosiva» en el campo como lo demuestra que desde el año 2007 se han perdido 6.000 agricultores a título principal y arremetió contra la nueva figura del agricultor activo que consideró es «coladero».
