Seguridad alimentaria en la Unión Europea: La ciencia al servicio de la alimentación

Agronews Castilla y León

5 de mayo de 2018

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La seguridad de los alimentos es algo imprescindible para los consumidores y también una preocupación constante de los gobiernos. Entre los años 1990 y 2000, las crisis alimentarias impulsaron un cambio importante en el escenario de la seguridad alimentaria en Europa estableciendo estándares más rígidos, más controles en la producción de alimentos y la extensión del entendimiento de seguridad alimentaria en un sentido más amplio: de la granja a la mesa. Pero en la práctica, ¿cómo se ha establecido el sistema de vigilancia de la seguridad alimentaria en Europa?

El enorme impacto que puede suponer una crisis alimentaria de nivel internacional es un fuerte motivo para promover el compromiso de gobiernos y empresas con el control de la cadena. La conocida crisis de las “vacas locas” en Inglaterra causada por la enfermedad Encefalopatía Espongiforme Bovina, que supuso un coste total alrededor de los 750 millones de euros, la reducción de aproximadamente 40% de las ventas en el mercado interno británico y el cierre completo de las exportaciones, ha demostrado que se necesitaba crear un nuevo sistema comunitario para la prevención y control de la seguridad alimentaria. Había que garantizar el normal funcionamiento del libre comercio de alimentos, retomar la confianza de los consumidores y gestionar los riesgos de una manera eficaz.

Para hacer frente a este escenario, la Comisión Europea creó una serie de herramientas que establecieron las nuevas reglas y estándares adoptados. Un conjunto de legislaciones de obligado cumplimiento que definen requisitos básicos como los siguientes:

  • De la granja a la mesa: el concepto horizontal de que la seguridad de los alimentos se debe vigilar desde la producción primaria hasta que el alimento llega al consumidor.
  • Ciencia independiente: la importancia de que las decisiones se basen en un análisis del riesgofundamentado científicamente, con independencia de factores políticos o económicos.
  • Responsabilidades: la división de las responsabilidades a lo largo de la cadena se da de manera que los operadores comerciales sean los primeros responsables de la puesta en el mercado de productos seguros, después compete a los gobiernos el control oficial de las empresas y finalmente a la Comisión Europea asegurar que los países cumplan su papel.
  • Precaución: el principio de precaución establece que para proteger la salud hay que actuar ante cualquier sospecha de no conformidad de un producto hasta que se pueda comprobar científicamente que no hay riesgos.
  • Trazabilidad: herramienta básica para asegurar el conocimiento de todo el camino recorrido por un alimento en todas las etapas de producción. Ayuda a rastrear aquellos alimentos sospechosos y evitar que sigan en la cadena de suministros;
  • Transparencia y comunicación: creación de una red donde todos los estados miembros puedan conocer rápidamente lo que pasa en la cadena de alimentos y piensos y así puedan tomar decisiones más rápidas y proporcionales.

Dentro de este marco legislativo, se establece la creación de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) y el RASFF (Red de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos). Es a partir de este momento cuando la estructura de vigilancia de la seguridad alimentaria europea se establece tal como es actualmente. En la siguiente infografía detallamos el papel de la EFSA en la labor de asegurar que los alimentos que llegan a la mesa son seguros y cómo lo hacen.

Fuente: artículo de Fundación Antama publicado por Beatriz Castro Fernandes

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