La última página de esta historia, la que tiene como protagonistas a los regantes vallisoletanos, sorianos y la Confederación Hidrográfica del Duero como telón de fondo, no ha concluido con final feliz. Después de hora y media de reunión en la sede de la organización hídrica, los regantes salían cabizbajos y sin hablar a los medios de comunicación.
Poco antes era el Comisario de Aguas, Ángel González el que hablaba sobre lo debatido en la junta extraordinaria de explotación este mediodía: “No ha habido acuerdo porque los regantes sorianos han preferido mantener las reservas para el año que viene por si fuera complicado a nivel hídrico también” explicaba.
Sobre la labor de intervención de la CHD -organismo que desde el pasado decreto de sequía de mayo decide gestionar los recursos de la cuenca del Duero- González se escuda en la ley: “El Bajo duero nos ha pedido soluciones pero hay una serie de acuerdos que hay que cumplir entre ellos que hay unos cupos de agua que se deben cumplir, aunque también se contempla que se cedan una serie de cantidades de agua pero de aquellos que aún tienen cupo no de quienes ya lo han consumido. Es la única solución viable normativamente”.
Una decisión que han respaldado en un comunicado en el que aseguran que la CHD ha cumplido “escrupulosamente” el papel que le asigna la ley, merced a esos artículos 67 a 72 del texto refundido de la Ley de Aguas, para la mediación entre las partes, y como facilitador de escenarios de diálogo: “Así se ha intentado durante las tres últimas semanas en numerosas ocasiones, sin que las comunidades de regantes hayan alcanzado finalmente un entendimiento”.
«A nosotros se nos prometió ese agua para marzo, abril y mayo no para todo el verano»
Una decisión que sigue sin convencer a una de las comunidades de regantes la del Canal de Tordesillas. Miguel Ángel Peláez ha hablado en exclusiva con Agronews Castilla y León y ha explicado -sin valorar la decisión de Almazán- que no entienden la postura de la CHD: “Han dado la vuelta a la tortilla, es verdad que hemos gastado más de lo que teníamos asignado pero es que a nosotros se nos prometió que ese agua era para marzo, abril y mayo pero lo que yo he gastado no corresponde al pantano, a ver si se enteran de una vez” explica.
Y lo hace aduciendo que las aguas que él ha gastado -y dice tenerlo en acta firmada- corresponden a aguas fluyentes que no redundarían en lo estipulado para cada regante de los embalses sino que son aguas que corresponde retirar para favorecer los cauces naturales: “Si me dicen en marzo que solo tendría ese agua lo habría gestionado de esa forma pero no de un día para otro, en pleno mes de julio cuando me entero porque me cortan el riego” explica.
Ahora, reconoce que no hay solución y que, aunque algunos cultivos de regadío como el maíz no se habrían salvado, parte de la remolacha si se hubiera visto menos afectada si hubieran tenido los tres hectómetros cúbicos reclamados: “Ya no se puede hacer nada más” reconoce pesimista. El último capítulo llegará cuando toque recontar la pérdida de producción de esta cosecha. Y no parece que tenga mejor final.
