Los precios mundiales de los alimentos disminuyeron en diciembre, como consecuencia de las fuertes reducciones de los aceites vegetales y los productos lácteos, según el último índice de precios de los alimentos de la FAO publicado ayer, 11 de enero de 2018..
El índice, una medida del cambio mensual en los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios básicos, se situó en 169.8 puntos en diciembre de 2017, un descenso del 3.3 por ciento desde noviembre.
A pesar de la racha de finales de año, el índice de precios de los alimentos de la FAO promedió 174,6 puntos en 2017, un 8,2 por ciento más que en 2016 y alcanzó el promedio anual más alto desde 2014.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO disminuyó un 9,7 por ciento en diciembre, y los altos suministros de exportación y la baja demanda pesaron sobre los precios internacionales de leche descremada y leche entera en polvo, así como de queso y mantequilla. Aún así, el subíndice fue 31.5 por ciento más alto durante todo 2017 que el año anterior.
El índice de precios de aceite vegetal de la FAO disminuyó en un 5,6 por ciento desde noviembre, ya que los precios del aceite de palma cayeron en medio de las crecientes existencias en Malasia e Indonesia. Eso a su vez presionó a las cotizaciones de aceite de soja. En 2017, el subíndice corrió un 3 por ciento más que el año anterior.
El índice de precios de azúcar de la FAO también disminuyó, marcando un descenso del 4,1 por ciento desde noviembre debido a factores estacionales y las expectativas de un gran superávit en el próximo año. Los precios del azúcar fueron un 11,2 por ciento más bajos, en promedio, en 2017 que en 2016, debido principalmente a una cosecha abundante en Brasil, el principal productor mundial.
El índice de precios de cereales de la FAO se mantuvo ampliamente estable por tercer mes consecutivo, con los precios internacionales del trigo debilitándose, mientras que los del maíz y el arroz se reafirmaron. El índice fue 3.2 por ciento más alto en 2017 que en 2016, mientras que todavía es un 37 por ciento inferior a su máximo de 2011.
El índice de precios de la carne de la FAO disminuyó ligeramente en diciembre, y la fuerte oferta presionó los precios internacionales de la carne de bovino. Para el año, el subíndice registró un aumento del 9 por ciento con respecto a su nivel de 2016.
