El pasado mes de agosto en la provincia de Zamora se empezó a hablar de casos de vacas que morían por una extraña enfermedad llamada Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa que se trasmite por vectores (Culicoides spp) y que afecta a rumiantes domésticos y salvajes. En el ganado vacuno puede producir clínica moderada y autolimitante durante unas dos semanas. El ganado ovino es susceptible a la infección, pero poco a la enfermedad clínica, y el caprino es muy poco susceptible a la infección. Es una enfermedad que afecta a los ciervos, y puede afectar también a gamos y corzos. Una situación que parecía no transcender se ha convertido en un verdadero problema a día de hoy.
Los últimos datos acumulados del estudio ofrecidos por la consejería de Agricultura y Ganadería en la provincia de Zamora sobre la EHE estima que son 222 las explotaciones en estudio, de ellas se ha investigado un censo de 27.145 animales de los que han dado síntomas 3.150 (la morbilidad es del 12 por ciento al inicio del estudio), el número de animales muertos en las explotaciones que se controlaron en los meses de agosto y septiembre los sitúan en los 235, esto quiere decir que la morbilidad es del 0,87 por ciento.
Las explotaciones afectadas con animales enfermos se encuentran ya por muchos puntos de la provincia de Zamora aunque especial incidencia están padeciéndola los ganaderos de la comarca de Sayago. Es el caso de José Manuel del Arco, un ganadero de Moraleja de Sayago, que tiene vacas de raza Limusina y con varios animales afectados. Reconoce que la situación “es fastidiada porque se desespera uno y aquí nadie dice nada, ni hace nada de nada, así que se desespera uno. Yo tengo unos becerros, llamé a la veterinaria y me dice que si están vacunadas las puedo sacar, pero si no, no puedo mover nada, se me han muerto tres, tengo una que pinché otra vez y ahora llevo pinchado tres veces más pero no sé yo qué tal irá, mal, pero que estamos desesperados todos y si las pinchas un poco más, las vacas abortan, vienen con los becerros y no tienen fuerza para parir y con la fiebre, los becerros cuando se lo sacas están muertos y huelen como como demonios”.
Lo que tiene claro José Manuel del Arco es que “cada día salen animales afectados y muchos se están muriendo y para todos los ganaderos las pérdidas son muy importantes porque no tenemos ayudas”.
Otro ganadero de la comarca de Sayago, concretamente de la localidad de La Tuda, Jesús Ángel Ramos, tiene unas cincuenta vacas, de ellas la mitad afectadas por la enfermedad con dos bajas, dice que “esto es una lucha diaria porque un día te aparece una enferma y al otro día ninguna, de repente te salen tres nuevas, en fin, cada vez ataca con más virulencia”. “Las últimas vacas que van saliendo con la enfermedad parece que los síntomas son mas graves, les cuesta más recuperarse”. En cuanto al dinero gastado en medicamentos para estos animales “llevamos ya unos 1.300 euros, estamos aliviando síntomas porque no hay nada especifico. De la administración necesitamos que nos echen una mano en el sentido que investiguen sobre esta enfermedad para ver cual es su repercusión”.
Este joven ganadero dice que se encuentran en su explotación “al limite y no sabemos hasta que punto podremos seguir, en el campo estorbamos porque lo único que quieren son placas solares, hidrógeno verde y aerogeneradores, esto es un acoso y derribo para que vayamos abandonando. Nos machacan con inspecciones, papeleo y burocracia, así no podemos seguir”, afirma desesperado.
