José, ganadero afectado por lobadas: «Estoy harto de no poder dormir cada día. La gente está muy cansada de que no se ponga remedio»

Agronews Castilla y León

28 de febrero de 2017

José, ganadero de La Aldehuela, se levantó ayer por la mañana, como es habitual, para ver el estado de las 200 cabezas de ganado que tiene en su explotación. Cuando se adentró en el cebadero que tiene para ver cómo se encontraban los terneros recién nacidos, comprobó que uno de ellos, de tan solo tres días de vida, tenía mordida las nalgas, la paletilla y una oreja. Estaba muerta: “Los tenía allí porque otros animales nos habían dado problemas al parir y quería controlarla. Pero cuando llegué estaba toda comida” explica.

Al principio pensó que podría haber sido un ataque de zorro pero por las características de la mordida sospechó. Fue entonces cuando llamó a los servicios de Medio Ambiente de la Junta quienes certificaron que era un mordisco típico de los cánidos: “El lobo quita la carne, la arranca y el perímetro queda de color negro y así es como estaba”.

Lamentablemente no es la primera vez que le sucede. En octubre, en la zona de la Sierra de Santiago, Navasequilla y Horcajo (Cáceres), acabaron con otros treinta ejemplares, tres suyos, en varias lobadas escalonadas. José tiene la explotación cercana a la Nacional 110 y ha querido hacer público su hartazgo a través de esta entrevista concedida a Agronews: “Como sigamos así acabarán con los pueblos, porque aquí vivimos de la ganadería, damos dinero y favorecemos la economía de los que se dedican a fabricar piensos, pero también a talleres de mecánica, veterinarios o herreros -fabricantes de tolvas- pero nada. No se quieren dar cuenta” añade resignado.

La solución, zonas cercadas para los lobos

El productor, que ahora tendrá que llevar a cabo el papeleo pertinente para tener derecho a la indemnización, no considera suficiente la cantidad a recibir y cree que la solución pasaría por poner coto y un control más estricto a la población de lobos en Castilla y León, cifradas por algunos sindicatos en unos 2.000, muchos al sur del Duero: “Lo que te muerde el lobo no tiene cura ¿De qué me sirven 300 euros? De nada, hay que tomar otras medidas” añade.

José lleva 30 años dedicado a la ganadería -desde los 20- pero ve negro, muy negro, el panorama para quienes se dedican a este sector si sucesos como éste siguen ocurriendo: “Si se quisiera podrían meter a todos los lobos en un mismo espacio cercado, pero no se hace. Estoy harto de no poder dormir cada día, y el problema es que la gente está muy cansada, hasta los huevos” añade sin tapujos. Antes de cerrar la conversación José asegura que tiene el móvil encendido las 24 horas, ya que muchas madrugadas ha tenido que levantarse y acudir hasta la finca por sucesos similares: “Así no se puede vivir, no le veo solución” zanja. Mientras, su teléfono seguirá operativo. Y él, pendiente de la siguiente llamada.



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