La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores, ASAJA, ha puesto de manifiesto la crisis que enfrenta el sector vitivinícola en España.
A pesar de registrar una de las cosechas más bajas de la última década, los precios del mercado siguen sin repuntar, sumiendo a los productores en una realidad de rentabilidad decreciente.
Crisis: caída de la producción
Este año, la producción vitivinícola ha caído a 34 millones de hectolitros, una notable disminución en comparación con los 41 millones de la campaña anterior. Sin embargo, esta reducción no ha tenido el efecto esperado en los precios. En varias regiones, los precios ofrecidos por la uva han sido similares o incluso inferiores a los del año pasado, afectando incluso a vinos de alta reputación, como los de la Denominación de Origen Calificada Rioja.
ASAJA subraya el preocupante desequilibrio entre la producción y la comercialización, especialmente en los vinos tintos. Este desequilibrio se debe en parte a una disminución del 6,5 % en el consumo respecto a 2022. Adicionalmente, el aumento en los costes de producción no se ha visto compensado, lo que agrava la situación de los productores.
Medidas urgentes ante la Crisis
Ante este panorama, la sectorial vitivinícola de ASAJA insta a las administraciones, tanto a nivel nacional como comunitario, a tomar medidas urgentes. Proponen la flexibilización de las medidas actuales de la Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV), que incluyen promoción, reestructuración, reconversión, destilación de subproductos, inversiones, y cosecha en verde. También sugieren la adopción de nuevas medidas, como el arranque de viñedo, para evitar la pérdida de presupuesto comunitario y mejorar la situación.
Además, ASAJA considera esencial la implementación de medidas estructurales para tratar de salir de la crisis actual. Entre estas, destacan el arranque localizado de viñedos, siguiendo el ejemplo de Burdeos en Francia, donde se ha autorizado para el 9% de los viñedos.
También proponen incrementar las prestaciones vínicas del 10 al 15%, tal como lo permite Bruselas, y reducir el rendimiento de transformación de la uva para adaptar la oferta a la demanda y mejorar la calidad del vino.
La situación actual del sector vitivinícola en España es de crisis alarmante, según la citada organización agraria. La combinación de bajos precios de mercado, una producción reducida, y un aumento en los costos de producción está llevando a muchas explotaciones a una situación insostenible.
La intervención de ASAJA y la adopción de medidas estructurales y excepcionales se hacen imprescindibles para salvaguardar el futuro de los productores vitivinícolas y mantener la calidad y reputación del vino español en el mercado global.
