En medio de la incertidumbre sobre el suministro de agua para la próxima campaña de riego, la UPA Andalucía ha expresado su preocupación por las previsiones presentadas en la primera reunión de la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Ante la falta de lluvia y los recortes previstos, la organización agraria ha destacado la necesidad de que se adopten criterios sociales y de supervivencia de los cultivos en el reparto del agua, para garantizar el sustento de los agricultores en la región.
Según ha informado el secretario ejecutivo de UPA Andalucía, Elio Sánchez, y la responsable jurídica de la organización, Pilar Prieto, tras participar en la mencionada comisión, la situación de la cuenca hidrográfica es crítica, con niveles de agua en los embalses significativamente más bajos que el año anterior para esta misma época. A pesar de algunas lluvias recientes, la región se encuentra 60 hectómetros cúbicos por debajo de las reservas del año anterior, lo que plantea desafíos significativos para la próxima temporada de riego.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha presentado varios escenarios posibles en función de las precipitaciones esperadas en los próximos meses. En el caso de que las lluvias sean similares a las del año pasado, se estima que los desembalses alcanzarán los 370 hectómetros cúbicos, con dotaciones de riego que oscilan entre los 400 y 700 metros cúbicos por hectárea, cifras similares a las del año anterior. Sin embargo, si las lluvias son normales, los desembalses podrían llegar a los 700 hectómetros cúbicos, con dotaciones máximas de entre 1.500 y 2.000 metros cúbicos por hectárea.
Ante este panorama, UPA Andalucía insta a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir a considerar criterios sociales en el reparto del agua durante la próxima campaña de riego, programada para comenzar el 1 de mayo. La organización reconoce que algunos cultivos, como el algodón o el arroz, podrían resultar inviables si las previsiones se confirman, lo que afectaría negativamente a los agricultores de la región. Por lo tanto, se hace hincapié en la importancia de garantizar el acceso al agua para aquellos cultivos que puedan sacar adelante las cosechas y mantener la viabilidad económica de los agricultores.
Próxima campaña de riego
En este contexto, la colaboración entre la UPA Andalucía y las autoridades hidrográficas será fundamental para abordar los desafíos del suministro de agua en la región. Se espera que se tomen medidas proactivas para mitigar los efectos de la sequía, al tiempo que se garantiza un reparto equitativo y justo del recurso hídrico entre los diferentes sectores agrícolas. Con el objetivo de proteger los intereses de los agricultores y garantizar la seguridad alimentaria en la región, se hace un llamado a la acción concertada y la adopción de medidas sostenibles para enfrentar los desafíos del cambio climático y la escasez de agua
En medio de la incertidumbre sobre el suministro de agua, es fundamental destacar la importancia de una gestión eficiente y sostenible de este recurso vital. La escasez de lluvias y los niveles decrecientes de los embalses subrayan la necesidad de adoptar medidas que promuevan la conservación del agua y su uso racional en la agricultura. En este sentido, es crucial fomentar prácticas agrícolas que minimicen el desperdicio de agua, así como la implementación de sistemas de riego más eficientes y tecnologías innovadoras que optimicen su uso.
La situación actual también pone de relieve la urgencia de fortalecer las infraestructuras hidráulicas y mejorar la capacidad de almacenamiento de agua en la región. Esto podría implicar la construcción de nuevos embalses, la rehabilitación de infraestructuras existentes y la promoción de técnicas de captación y almacenamiento de agua de lluvia. Además, es fundamental impulsar políticas de gestión integrada de los recursos hídricos que consideren tanto las necesidades de la agricultura como la conservación del medio ambiente y la satisfacción de las demandas de agua de otros sectores.
En última instancia, es imperativo que todas las partes interesadas, incluidos los agricultores, las autoridades hidrográficas, los científicos y la sociedad en su conjunto, colaboren estrechamente para enfrentar los desafíos del agua de manera efectiva y sostenible. La adopción de un enfoque holístico y cooperativo en la gestión del agua permitirá no solo abordar la crisis actual, sino también construir una base sólida para garantizar la seguridad hídrica y el desarrollo sostenible en el futuro.
