Empezamos 2024, un año que, además de bisiesto, convocará a medio mundo a elecciones presidenciales y gubernamentales.
Desde los EEUU a Taiwan, pasando por Rusia y por Ucrania, e incluyendo las elecciones al Parlamento y nueva Comisión Europea. Puede sonar paradójico, pero muchos analistas observan 2024 como un año clave para el desarrollo del mundo democrático, pudiendo ser una amenaza o un paso hacia su consolidación. Sin entrar en un análisis politológico, cualquier observador entenderá que los resultados de todos estos comicios tendrán repercusión en las relaciones internacionales, el comercio y el desarrollo de la geopolítica mundial para los próximos años.
La UE irá a las urnas el próximo mes de junio, lo que implica que la actividad parlamentaria y reglamentaria comunitaria bajo presidencia belga se detendrá para entrar en un debate de futuro y con visión estratégica. Podemos decir que prácticamente todas las cuestiones que no estén acordadas deberán esperar como mínimo un año para poder ser retomadas.
Ejemplo de ello son las propuestas de uso sostenible de fitosanitarios o del marco para el desarrollo de las nuevas prácticas genómicas, de vital importancia para el futuro del sector productor y que quedarán probablemente aparcadas, lo que no quiere decir un parón en el debate ni en los trabajos que marcarán las decisiones futuras una vez se retomen. Es decir, seguiremos trabajando sobre ellas.
2024: Año muy electoral
En España, una vez formado el nuevo Gobierno, iniciamos una legislatura tremendamente compleja desde el punto de vista legislativo por varias razones: un Gobierno en minoría, un arco parlamentario tremendamente complejo y una más que probable complicada relación entre Gobierno y CCAA, fruto del diferente resultado entre las elecciones autonómicas y nacionales.
No obstante, no hay que olvidar que la legislatura pasada fue muy prolija en la producción normativa que ahora toca desarrollar. A pesar de todo, ya tenemos sobre la mesa el proyecto de ley sobre desperdicio alimentario aprobado por el Consejo de Ministros, y que había quedado bloqueado el año pasado por la convocatoria de elecciones.
A nivel sectorial los mercados siguen afectados por dos años climatológicos desastrosos para el campo y la producción, y un mercado tremendamente tensionado por la confluencia de circunstancias externas (conflicto, logística) que genera incertidumbre en la evolución de los costes y la rentabilidad de la producción, por un lado, y el debate sobre los precios de los alimentos que tensionan el debate público, por otro.
Resulta necesario entender las causas que se deben a la situación coyuntural, y qué papel juegan las tendencias estructurales de la cadena que han llegado para quedarse y que están cambiando la fisionomía del sector productor y, probablemente, las estrategias en la producción y distribución de alimentos. Nos referimos a la falta de relevo generacional y a la imparable reducción de activos productivos que harán que la productividad y la oferta de alimentos se limite, y especialmente ante una perspectiva de mayores cargas y costes provocada por la presión de la legislación medioambiental cuyos costes el mercado, o la propia sociedad, no parecen estar dispuestos a pagar.
Cooperativas Agro-alimentarias de España tiene una amplísima agenda nacional, especialmente con las modificaciones que se puedan producir en el PEPAC español, pero también a nivel europeo, con las elecciones comunitarias, e internacional, analizando y comprendiendo la situación geopolítica internacional. Pero, además, es un año especialmente estratégico para el futuro. Vamos a presentar nuestra marca cooperativa ante la sociedad, la cadena alimentaria y las instituciones, y seguiremos haciendo pedagogía y promoviendo la empresa cooperativa agroalimentaria como garantía de sostenibilidad de las zonas rurales.
Queremos liderar una nueva comunicación más positiva del sector con la sociedad, contando con toda la cadena, y sentando las bases necesarias para generar una cadena agroalimentaria con valor y rentable para todos.
También queremos que la ley de la cadena alimentaria reconozca con naturalidad el modelo cooperativo ante determinados efectos no deseados en su aplicación y, entre otras cuestiones, trabajaremos en la organización de nuestro IX Congreso de Cooperativas Agro-alimentarias que se celebrará en Palma de Mallorca los 27-28 de marzo de 2025.
Para finalizar, detrás de nuestras acciones siempre estará el trabajo por mejorar la posición de nuestras cooperativas en el mercado y la rentabilidad de nuestras socias y socios, y por impulsar el relevo generacional y el camino hacia una mayor incorporación de la mujer al mundo cooperativo en todas sus facetas: socias, dirigentes y profesionales.
Gabriel Trenzado, Director General de Cooperativas Agroalimentarias de España
