Se entiende por maíz en segunda cosecha una rotación intensiva de doble cultivo anual en la que el maíz sigue a los cultivos de cebada, guisantes, forrajes u hortalizas, principalmente. Es una opción productiva, rentable y sostenible.
Apuntes técnicos LG Seesd: el maíz como segunda cosecha:apuntes-tecnicos-el-maiz-en-segunda-cosecha.pdf
El agricultor tiene una excelente oportunidad de sembrar estos maíces, tanto por sus ventajas económicas como por las agronómicas. Se sabe que el maíz es un cultivo estratégico en la rotación, ya que mejora el balance de carbono, así como la estructura física y química del suelo, y permite una menor degradación hídrica y eólica por el volumen de rastrojo que aporta, generando una:
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menor probabilidad de aparición de resistencia a malas hierbas gracias a la rotación de las materias activas.
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menor incidencia de enfermedades y plagas.
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extracción equilibrada de nutrientes.
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mayor rentabilidad agronómica sobre los cultivos siguientes.
La fecha de siembra recomendada va de mediados-finales de mayo a finales de junio.
La densidad de siembra recomendada es de 75.000 a 80.000 plantas/ha a cosecha. Para garantizar este número de plantas tendremos que incrementar entre un 3 y un 5% dicha densidad en función del tipo de terreno y de las condiciones que haya en el momento de la siembra.
Si los maíces de segunda cosecha son sembrados sobre una gramínea, como Trigo o Cebada, existe una mayor necesidad de Fertilización Nitrogenada (220-240 UF, la mitad en fondo y la mitad en cobertera), ya que dichos cultivos generan una gran inmovilización del Nitrógeno y una menor fertilidad actual de la parcela; cuando el maíz sigue a una Leguminosa las necesidades de abonados nitrogenados son menores (190-210 UF).
En contrapartida, la disponibilidad de Fósforo es mayor, dado que las mayores temperaturas del suelo en la siembra promueven la mayor disponibilidad de este elemento en el mismo.
Las fechas tardías de siembra provocan, en la madurez fisiológica, un secado más lento porque la humedad relativa del aire es más alta y dificulta el secado del grano en la mazorca, por lo que se antoja imprescindible sembrar híbridos con una rapidísima velocidad de secado, como LG 30.490 YG, LG 30.707 YG o LG 34.90
La emergencia es muy rápida y uniforme, lo que permite un aumento de la productividad.
Debido a la rápida acumulación de temperatura y al incremento en la eficiencia de intercepción de radiación solar, los híbridos acortan los días de emergencia de floración.
Por contra, se alarga el período de llenado de grano, ya que las menores temperaturas al final del ciclo producen una menor eficiencia en la traslocación de carbohidratos al grano lo que genera mermas en el peso de mil granos en la cosecha.
Para cada planteamiento productivo existen híbridos determinados, los mismos pueden ser para grano, silo o de doble aptitud.
Teniendo en cuenta este primer punto, se deben considerar las condiciones en las que se desarrolla el cultivo.
En esta época de siembra los híbridos alargan los entrenudos, lo que hace plantas más altas de tallos más finos y más propensas al vuelco.
Por eso es muy importante elegir híbridos con buen tallo y que pierdan muy rápido la humedad, como LG 34.90, LG 30.490 YG o LG 30.707 YG.
El criterio de comparación para valorar la ventaja económica de la rotación cebada-maíz rastrojero es la diferencia de márgenes anuales y el porcentaje respecto al margen de maíz de ciclo largo (un solo cultivo anual) en la serie de ocho años (2005 a 2012).
Para este estudio se ha previsto una producción media de cebada de 5.800 kg/ha y de maíz forrajero de 11.700 kg/ha (es decir, 17.500 kg/ha de grano).
Para el maíz de ciclo largo la producción media prevista es de 13.800 kg/ha. En la tabla adjunta podemos observar que la rotación cebada-maíz rastrojero ha sido ventajosa todos los años.
