ASAJA Córdoba lamenta la falta de recursos personales y técnicos en las Oficinas Comarcales Agrarias

Agronews Castilla y León

15 de abril de 2016

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ASAJA Córdoba ha pedido a la Consejería de Agricultura que actúe para buscar una solución inmediata ante la situación de “falta de recursos personales y técnicos” en las Oficinas Comarcales Agrarias (OCAS) de la provincia.

Desde esta organización, se ha puesto de manifiesto “la falta de personal humano técnico y administrativo” para gestionar de manera ágil los controles de campo, tanto de superficie como de ganadería, y su posterior gestión documental; lo que ocasiona graves pérdidas económicas al ganadero por retraso en el cobro de las ayudas de la PAC.

Ello se suma a la falta de recursos técnicos como coches para desplazarse a las explotaciones o el retraso en la emisión de resoluciones de alta de explotaciones ganaderas.

Asimismo, la organización agraria ha destacado que se está produciendo un retraso en la gestión de los expedientes de indemnización por sacrificio de animales positivos en enfermedades infecciosas en campaña de saneamiento, tanto en las OCAs como en la delegación provincial de Agricultura.

En relación a ello, se están incrementando de manera exagerada los controles que hacen los veterinarios de la OCAs a los veterinarios de campo que ejecutan las pruebas de diagnóstico, lo que está ocasionando que se demoren otras gestiones que deben hacerse en las oficinas comarcales, como la gestión de guías de transporte de animales, inspecciones para el alta o ampliación de explotaciones ganaderas, etcétera.

Estos problemas de falta de personal afectan a la mayor parte de estas oficinas de la provincia y también al laboratorio oficial de la Junta de Andalucía en Córdoba, así como a la Delegación Provincial haciéndose mucho más evidentes en comarcas con elevado censo ganadero como ocurre en el Valle de los pedroches.

De especial problemática, es la OCA Pedroches I en Pozoblanco y su delegación local en Villanueva de Córdoba, en la que hay una sobrecarga de trabajo muy elevado, lo que hace que el ganadero tenga “una sensación permanente de frustración por el retraso en algunas de las gestiones que se realizan”.



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