Distintos medios de comunicación franceses han destacado lo que, en su opinión, es el mal momento que vive el sector agrario francés.
Uno de los primeros aspectos que destacan para realizar esta afirmación es la caída de la participación de los agricultores y ganaderos junto la industria agroalimentaria en el Producto Interior Bruto galo, de tal forma que desde 1980 prácticamente se ha reducido a la mitad, suponiendo en 2013 el 3,6% del total, mientras que en la fecha antes relatada era del 6%
Durante estos 30 años, que repasan distintas informaciones, la tendencia es siempre la misma: las pequeñas fincas tienden a desaparecer a favor de explotaciones más grandes. Francia perdió más de la mitad de ellas en este periodo de tiempo, así según el último censo de 2010, hay 490.000 explotaciones agrarias en Francia, mientras que todavía había más de un millón a finales de los años 80, y 664.000 en 2000. El tamaño medio de las explotaciones se ha incrementado en 13 hectáreas en 10 años, hasta alcanzar un promedio de 56 has, aunque se señala como el paisaje agrícola sigue fragmentado con un 20% de explotaciones de 100 hectáreas y el 30% con menos de 10 has.
En 2014, se espera que la renta agraria de los agricultores franceses vaya a caer un 5% hasta los 24.400 euros, según las primeras estimaciones, sólo como referencia destacar que el MAGRAMA anunciaba un descenso del 7,5% en la española hasta los 22.015 euros . Los ganaderos son los que peor parados salen de esta situación pues habrían visto caer sus ingresos en más de un 20% hasta 14.500 euros por año. Aunque aquí tampoco se puede olvidar la mala campaña tanto de los productores de fruta franceses que habrían comprobado como sus rentas caerán más de un 55% hasta los 13.400 € anuales como consecuencia del hundimiento de los precios; como de los cerealistas cuya pérdida de ingresos ronda el 40% hasta obtener una renta agraria, según las primeras estimaciones del gobierno galo de 11.500 euros por año.
Recordar que Francia es todavía la potencia agrícola líder en Europa, aunque su participación en el valor de la producción agrícola en la Unión Europea, en la actualidad un 18%, ha disminuido desde 2000, principalmente a causa de la llegada de Rumanía y Polonia, países en los que la agricultura y la ganadería tiene un peso trascendente. Con 75.000 millones de euros en 2013 la producción agrícola francesa es muy superior a la de Alemania (53 millones), Italia (50 millones) y España (44 millones).
Sin embargo, Francia sigue perdiendo cuota de mercado en el comercio mundial de alimentos. En pocos años se ha pasado de la posición del segundo exportador de alimentos, al quinto lugar, detrás de Estados Unidos, Alemania, Holanda y Brasil. En 2014, el superávit comercial en los sectores agrícolas y agroalimentarios franceses incluso disminuyó 2.000 hasta 9.200 millones de dólares.
