La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado una voz de alarma sobre la situación económica que enfrentan numerosas familias en España para las que compra de alimentos frescos es, simplemente, un lujo.
A pesar de registrar una leve mejoría en el Índice de Solvencia Familiar, la realidad es que la adquisición de alimentos frescos se ha convertido en un verdadero lujo para aproximadamente la mitad de las familias en el país. Esta preocupante tendencia pone de relieve las desigualdades económicas y la urgente necesidad de adoptar medidas efectivas para mitigar el impacto de la crisis en los hogares más vulnerables.
El Pulso de la Solvencia Familiar en España
El Índice de Solvencia Familiar, calculado a partir de una meticulosa encuesta realizada a 3.634 personas entre 25 y 79 años, proporciona un panorama detallado de las dificultades económicas que atraviesan las familias españolas. Este año, el índice se ha situado en 46,0, una cifra ligeramente superior al 45,8 registrado en 2022, pero aún inferior a los niveles observados en 2018. Este marginal incremento, aunque positivo, no logra ocultar la realidad de que el 63% de los hogares enfrenta dificultades para cubrir gastos esenciales, un aumento respecto al 61% del año anterior.
Desafíos Regionales y el Coste de la Vida
La distribución geográfica de la solvencia familiar arroja luz sobre las disparidades regionales en España. Navarra y Aragón emergen como las comunidades con mejores indicadores, mientras que Cataluña, la Comunidad de Madrid y Andalucía registran las mayores dificultades. Esta situación es especialmente crítica en Cataluña y el País Vasco, donde el deterioro de la solvencia familiar ha sido particularmente pronunciado en el último año.
Entre los gastos que más han aumentado se encuentran la hipoteca, el alquiler, y de manera significativa, la compra de alimentos frescos como carne y pescado, con un 50% de las familias reportando dificultades para acceder a estos productos básicos.
Llamado a la Acción: Propuestas de la OCU
Frente a esta realidad, la OCU ha propuesto una serie de medidas orientadas a aliviar la presión económica sobre las familias más afectadas. Entre ellas, destacan la reducción del IVA para carne y pescado, el aumento de las ayudas directas a consumidores vulnerables, especialmente aquellos hogares con niños y padres desempleados, y la facilitación de acuerdos con entidades financieras para ayudar al pago de las hipotecas.
Estas propuestas no solo buscan abordar las dificultades inmediatas que enfrentan las familias para adquirir alimentos frescos y cubrir otros gastos esenciales, sino también fomentar una recuperación económica más inclusiva y sostenible que beneficie a todos los sectores de la sociedad española.
Hacia una Solución Integral ante el coste de los alimentos frescos y la subida de la inflación
La situación descrita por la OCU es un claro indicador de la urgente necesidad de políticas que garanticen la seguridad alimentaria y la estabilidad económica de todas las familias en España. La adopción de medidas que alivien el costo de la vida, promuevan el acceso a alimentos de calidad y faciliten el cumplimiento de obligaciones financieras es fundamental para revertir la tendencia de deterioro de la solvencia familiar.
En un mundo donde la igualdad de acceso a recursos básicos debería ser un derecho inalienable, el informe de la OCU sirve como un recordatorio crítico de las acciones necesarias para asegurar que ningún hogar en España tenga que considerar los alimentos frescos como un lujo inalcanzable.
