Con el fin de conocer más en detalle las acciones previstas en el Pacto por una Economía Circular, que Cooperativas Agro-alimentarias de España firmó el pasado lunes en el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, el Consejo Rector celebrado esta semana ha contado con la participación de Carmen Durán, consejera técnica de la Subdirección General de Residuos del MAPAMA, quien ha expuesto las principales herramientas de la UE y las cinco áreas que contemple en Plan de acción europeo.
Tal y como ha señalado Durán, en 2030 la población ascenderá a 8.500 millones de personas, lo que supondrá un incremento del 50% en la utilización de energía, un 30% de agua y un 50% en el consumo de alimentos. Este panorama implica un cambio de mentalidad en todos los sectores de la economía, entre ellos el sector agroalimentario. El Plan de acción incluye cinco áreas: producción, innovación e inversión, gestión de recursos, materias primas secundarias y consumo; y cinco flujos prioritarios, plásticos, residuos alimentarios, materias primas criticas, construcción y demolición y biomasa y productos de base biológica.
En la producción los objetivos marcados son incentivar el ecodiseño de productos y contar con procesos de producción innovadores y eficientes en el uso de recursos. Para ello se realizará una promoción de las mejores prácticas de gestión de residuos y eficiencia de los recursos en los sectores industriales. El Consejo rector se ha mostrado a favor del ecodiseño, pero siempre que haya unos plazos razonables para adaptarse.
Con respecto a la gestión de residuos ha anunciado la revisión de la normativa de residuos y asegurar la coherencia entre las inversiones en materia de residuos y la jerarquía comunitaria. Por último, en lo relativo a las materias primas secundarias, ha destacado la necesidad de incrementar su uso, aprovechar el valor fertilizante de residuos reciclados y la reutilización de aguas residuales tratadas, gestionar de forma segura las sustancias químicas que más preocupan y mejorar el conocimiento de materiales y flujos. Para lograrlo se pretende desarrollar estándares de calidad, revisar la normativa europea sobre fertilizantes, desarrollar una propuesta legislativa sobre requisitos mínimos para el agua reutilizada, así como desarrollar un sistema electrónico a nivel europeo para controlar los traslados de residuos.
Ángel Villafranca, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España ha incidido en las dificultades que encuentran las cooperativas para valorizar agronómicamente algunos residuos mediante su aplicación en el suelo como fertilizante o enmienda. Muchas de las problemáticas, ha señalado se solucionarían con la descatalogación como residuos y su denominación como subproductos, lo que permitiría su mejor manejo, su comercialización y valorización.
Para Cooperativas Agro-alimentarias de España es necesario mejorar en este sentido los subproductos vitivinícolas (lías, orujos y vinazas) que actualmente son considerados como residuos, y que son claramente subproductos con mercado propio, como el de la producción de alcohol. Lo mismo ocurre con los subproductos de la producción del olivar (alpechines, orujillo, hueso de aceituna) que son considerados como residuos a pesar de tener un valor para su uso energético o fertilizante; y con las tierras adheridas a la remolacha que, tras su limpieza en la factoría azucarera, han sido utilizados tradicionalmente como un sustrato de viveros y desde la consideración de las mismas como residuo se ha interrumpido esa cadena de valor.
Cooperativas Agroalimentarias de España también ha señalado los problemas que existen para la valorización de los subproductos en las plantas de biogás y compostaje, al ser considerados como residuos e impedir así la utilización de los mismos como fertilizante comercializable. Esto está suponiendo un cuello de botella para la correcta gestión de purines y estiércoles entre otros.
Una vez más desde Cooperativas Agro-alimentarias de España se ha destacado que nuestras empresas son punteras en la utilización de biomasa, biogás y cogeneración. La participación en los proyectos Europruning, SUCELLOG y AGROinLOG han permitido explorar las posibilidades de las cooperativas como centros logísticos de biomasa permitiendo disminuir las barreras logísticas que existen en el manejo de materiales como paja, podas y otros restos de cosecha.
Casos de Éxito
Las cooperativas españolas tienen numerosos ejemplos de casos de éxito en la economía circular. En las almazaras y bodegas cooperativas los residuos y subproductos son aprovechados en cascada. Además del aceite o el vino, y los productos de destilación como alcoholes y aceites de orujo, la granilla y los raspones son utilizados como combustible para las calderas. Mención aparte merece el hueso de aceituna considerado por muchos como la biomasa de mayor calidad existente. Las cenizas y residuos finales pueden ser utilizados como fertilizantes cerrando el círculo. La cooperativa El TEJAR es uno de los mayores productores de energía eléctrica en España a partir de la combustión de orujillo de oliva, podas y hojas.
Por su parte, la cooperativa AGROPAL reaprovecha los residuos sobrantes del cultivo de sus socios cerealistas para producir un pellet de calidad que es utilizado en la fabricación de quesos a partir de leche de sus socios ganaderos. Y El Grupo AN produce energía a partir del estiércol de vacuno de sus ganaderos. En la planta de biogás donde se genera el metano que luego será convertido en energía renovable, el estiércol y los coproductos utilizados son esterilizados y sometidos a un proceso bioquímico que genera además un residuo de alta calidad para ser utilizado como fertilizante.
Cooperativas Agro-alimentarias de España confía en que este Pacto sirva para impulsar y difundir entre su colectivo estás actividades.