El Centro Tecnológico Agrario y Agroalimentario (ITAGRA.CT) ha analizado la situación del campo palentino y la incidencia del régimen de precipitaciones acaecido en la presente campaña agrícola.
A falta de en torno a 2 meses para la recolección del cereal ya se han recogido desde octubre casi 400 litros de lluvia (más de 500 litros en la zona de Carrión-Villoldo), cantidad considerada como promedio de la zona. Si bien a principio de campaña se oían ecos de sequía por las escasas precipitaciones acaecidas durante el otoño, rápidamente se volvieron las tornas, aseguran desde el ITAGRA en un comunicado de prensa, y se acusaba a las incesantes lluvias de diciembre-enero como las causantes de no haber podido entrar a tiempo a las parcelas de cereal para realizar los pertinentes tratamientos fitosanitarios y las aplicaciones de fertilización de cobertera. Y ahora con las copiosas lluvias primaverales y todo el campo verde y frondoso o el espectacular amarillo intenso de la colza en floración no son pocos los que auguran grandes rendimientos.
Sin embargo, a pesar de esta frondosidad y verdor intensos, también se afloran las faltas que haya podido cometer el agricultor en materia de control de plagas, enfermedades y flora arvense, bien por la no elección del producto fitosanitario adecuado, bien por no tener el equipo de aplicación en perfectas condiciones de mantenimiento y calibración, o bien como se comentaba en el párrafo anterior, por la imposibilidad de haber podido entrar a las parcelas por la meteorología.
Si desde la carretera en muchas ocasiones se puede observar el verde intenso del cereal, ahora ya espigado, al pisar el terreno se pueden observar síntomas de enfermedades fúngicas como septoria, helminthosporiosis, rincosporiosis y la tan temida roya amarilla. Con la cantidad de lluvia recogida y el aumento de las temperaturas se espera que estos síntomas se agudicen y en las parcelas donde no se ha elegido una variedad resistente o donde no se ha aplicado fungicida la severidad será importante.
El tema de plagas (pulgones) en proteaginosas y forrajeras también es una incidencia que está preocupando seriamente a los agricultores, obligándoles a actuar en consecuencia.
Respecto a la Roya Amarilla, se están encontrando graves ataques de esta enfermedad fúngica en trigo de alguna variedad en concreto, aunque como se ha comentado ya, con el incremento de temperaturas su proliferación irá en aumento en las próximas semanas al resto de variedades.
El dicho de “nunca llueve a gusto de todos” esta campaña está cobrando una especial relevancia, y es que si bien el agua de cielo está sirviendo para que las parcelas de cereal, colza, alfalfa, vezas, guisantes,… alcancen un desarrollo notable, en el caso de los cultivos de verano (remolacha, patata, girasol, maíz) las lluvias han y están incidiendo en un retraso considerable de la fecha de siembra, o la formación de una costra superficial que imposibilita la nascencia de los cultivos o incluso en algunos casos la imposibilidad de sembrar ciertas especies vegetales por encontrarse ya fuera de plazo biológico. De hecho, nuestros vecinos del Páramo de León han solicitado la declaración de zona catastrófica por este sentido.