Las Regantes de Aguas Subterráneas muestran su rotundo rechazo hacia la gestión de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG).
Las voces de Mancha Occidental I y II, Rus-Valdelobos, Sierra de Altomira, Lillo-Quintanar, Consuegra-Villacañas, Campo de Calatrava y Campo de Montiel, resuenan en un coro de desaprobación hacia las políticas hídricas de un organismo que califican de «históricamente obsoleto y en situación de colapso administrativo».
Críticas a la Confederación Hidrográfica del Guadiana
La gestión de la CHG ha sido catalogada como «nefasta» por parte de los representantes de las CUAS, quienes acusan a la confederación de imponer recortes draconianos en las dotaciones de riego sin ofrecer compensación económica o alternativas viables. Esta situación ha exacerbado la tensión entre la CHG y los regantes, llevando a un punto crítico la relación entre ambas partes.
Los agricultores y ganaderos del Alto Guadiana se ven atrapados en una encrucijada donde la sobreexplotación de las aguas subterráneas es una realidad palpable. Sin embargo, lejos de asumir una postura conciliadora, la CHG parece desviar la responsabilidad hacia los agricultores, sin reconocer su parte en la otorgación desmedida de concesiones de agua. Esta dinámica ha llevado a un progresivo abandono de los cultivos de regadío, pilares socioeconómicos del territorio, y ha hecho inviable la amortización de las inversiones basadas en concesiones legalmente otorgadas.
En lo que respecta a las cifras, la situación es igualmente alarmante. Se ha señalado que, pese a las afirmaciones de Samuel Moraleda, presidente de la CHG, sobre la disponibilidad del 85 % de las dotaciones, la realidad pinta un cuadro más sombrío. Los regantes enfrentan recortes que les permiten usar solo un porcentaje marginal de los recursos hídricos concedidos, situando a estas comunidades entre las más afectadas de España en términos de dotaciones de riego.
Las CUAS, en su comunicación, no solo expresan su rechazo a esta gestión sino que también instan a un cambio de dirección en la política hídrica. Demandan que se tomen en cuenta las propuestas de ahorro planteadas, se cuantifiquen todos los aprovechamientos y se resuelvan los expedientes pendientes. Además, recalcan la necesidad de implementar las soluciones legalmente establecidas para cada Masa de Aguas Subterráneas, subrayando que no aceptarán más recortes mientras estas condiciones no se cumplan.
Este llamado al cambio no solo se ha dirigido al presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, sino que también ha alcanzado esferas más altas. La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha sido informada del malestar y la crítica situación que vive el Alto Guadiana. Los regantes buscan, en este crítico momento, una voz que resuene en el gobierno y que pueda brindar una solución justa y equitativa para las comunidades afectadas.
En resumen, el Alto Guadiana se encuentra en un momento decisivo. La gestión actual de la CHG ha sido puesta en tela de juicio y los regantes demandan cambios urgentes. La sostenibilidad del sector agrícola y la justicia hídrica son ahora más que nunca, temas de vital importancia que requieren de una atención y acción inmediatas por parte de todas las entidades involucradas.
