La rentabilidad del maíz en peligro

Desafíos económicos para los productores de maíz en León

Agronews Castilla y León

25 de noviembre de 2023

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En la provincia de León, la campaña de recolección de maíz, vital para muchos agricultores, enfrenta una situación preocupante. La combinación de una drástica subida de los costos de abonos y la significativa caída en las cotizaciones del grano ha llevado a pérdidas estimadas en 80 millones de euros en la región en los últimos dos años. La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) advierte sobre los desafíos económicos que están afectando la rentabilidad de este cultivo fundamental para la agricultura leonesa.

En los últimos dos años, los costos del abonado han experimentado un asombroso aumento del 91,8%, mientras que el precio del maíz ha descendido un 18,7%. Esta combinación ha generado una situación insostenible para los productores, quienes se encuentran ante la disyuntiva de enfrentar pérdidas significativas o replantear estrategias para mantener la viabilidad económica de sus cultivos.

Actualmente, la Comisión Provincial de Estadística informa que, a pesar de las condiciones climáticas desafiantes, se esperan producciones razonables de alrededor de 13.000 kilos por hectárea en la provincia de León. Sin embargo, este rendimiento se ve ensombrecido por la disminución de las cotizaciones del maíz y el aumento exponencial de los costos asociados al cultivo.

En términos de producción, se estima que en la provincia se han cultivado alrededor de 67.500 hectáreas de maíz para grano, generando una producción total estimada de 884.455 toneladas. Aunque estas cifras no alcanzan los récords anteriores de producción que superaban el millón de toneladas, la disminución se atribuye a las restricciones impuestas por la nueva Política Agrícola Común (PAC), que exige períodos de barbecho, rotación de parcelas y diversificación de cultivos.maíz

El principal desafío que enfrentan los productores de maíz radica en la caída de la rentabilidad de este cultivo. Comparando con el año 2021, previo a la alteración de los mercados mundiales debido a la guerra en Ucrania, los agricultores vendieron el maíz a 277 euros la tonelada, mientras que en la actualidad, la cotización ha caído a 225 euros por tonelada.

Esta disminución del 18,7% representa una pérdida significativa para los agricultores, quienes dejan de percibir en promedio 676 euros por hectárea.

Productores de maíz

Un aspecto crítico que contribuye a la presión económica sobre los productores es el aumento desproporcionado de los costos de abonos. En 2021, los abonos nitrogenados (26%N) costaban 263 euros por tonelada, mientras que en la actual campaña, estos alcanzaron los 466 euros por tonelada. Del mismo modo, los abonos complejos (15-15-15) pasaron de 351 euros por tonelada en 2021 a 712 euros por tonelada en la actualidad.

Este aumento del 77% y 102,8%, respectivamente, ha llevado a que los agricultores leoneses gasten 508 euros más por hectárea en abonos.

Considerando únicamente las variables de ventas y costos de abonos, los productores de maíz enfrentan pérdidas significativas de 1.184 euros por hectárea cultivada, un total de 80 millones de euros en toda la provincia. ASAJA sostiene que la mayoría de los agricultores leoneses están operando a pérdidas, incluso con las ayudas de la PAC, si se tienen en cuenta amortizaciones, renta de la tierra y la remuneración del trabajo del agricultor.

En este contexto, la asociación insta a las administraciones agrarias a revisar los tratados de comercio internacional, incluyendo acuerdos con Ucrania. Además, se solicita la eliminación de aranceles a la importación de abonos minerales, la autorización de cultivos transgénicos y la revisión de normativas de la PAC que puedan llevar a producir menos a mayor costo, como las relacionadas con rotación, diversificación y barbecho.

En conclusión, la rentabilidad del maíz en León se encuentra comprometida debido a la combinación de factores económicos adversos. La búsqueda de soluciones sostenibles y la colaboración entre los sectores público y privado se presentan como imperativos para garantizar la viabilidad económica de los productores de maíz en la provincia.

En adición a los desafíos económicos actuales, los agricultores de maíz en León también enfrentan aumentos en otros costos operativos esenciales. El gasóleo agrícola, indispensable para la maquinaria utilizada en la producción y recolección, ha experimentado incrementos, generando una presión financiera adicional sobre los productores. La electricidad, necesaria para el riego, también ha visto aumentos en sus tarifas, contribuyendo al aumento de los costos de producción.

La escalada de precios no se limita solo a los insumos agrícolas, sino que se extiende a otros aspectos críticos de la operación. Los herbicidas, las semillas certificadas y los repuestos y reparaciones de la maquinaria han experimentado aumentos, impactando directamente en la rentabilidad de los agricultores. Los trabajos contratados a terceros, como la cosecha y el secado, también han experimentado incrementos, sumando presión financiera a los productores.

La situación se agrava considerando la valoración de la tierra, que también ha experimentado aumentos de precio, junto con las inversiones generales en la operación agrícola. En este escenario, ASAJA destaca la necesidad de abordar de manera integral los diferentes aspectos que impactan en la rentabilidad del sector agrícola, instando a las autoridades a revisar políticas y regulaciones que puedan estar contribuyendo a la crisis económica que enfrentan los agricultores de maíz en León.

Por otro lado, la asociación hace un llamado a la adopción de medidas que impulsen la sostenibilidad económica a largo plazo. La revisión de los tratados comerciales internacionales y la eliminación de barreras arancelarias a la importación de insumos agrícolas son pasos cruciales. Además, la autorización de cultivos transgénicos podría ofrecer soluciones agronómicas más eficientes y resistentes, reduciendo la presión sobre los costos de producción.

En última instancia, ASAJA subraya la importancia de una colaboración estrecha entre los agricultores, las autoridades locales y nacionales, y otros actores del sector agrícola para encontrar soluciones viables y sostenibles. La crisis económica que enfrentan los productores de maíz en León no solo amenaza la estabilidad financiera de los agricultores individuales, sino que también plantea interrogantes sobre la seguridad alimentaria y la viabilidad a largo plazo de la agricultura en la región.



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