Bujedo: Un remanso de paz a la sombra de los Obarenes

Agronews Castilla y León

6 de septiembre de 2014

bujedo 1

Dos sonidos inconfundibles identifican a Bujedo, al monasterio de Santa María, junto a la populosa Miranda: el de su campanario a las horas en punto y el sordo rumor del tren, la oruga metálica que sobrevuela sobre un cerrillo artificial tras el muro de piedra del convento. La vieja tapia de piedra separa los jardines del monasterio de la carretera de Tirgo. Y al fondo parecen sonar los acordes del himno de San Juan Bautista… “Al apóstol de la escuela…”. Bujedo huele a paz. Su monasterio y sus jardines están abiertos a todo el mundo que quiera acercarse hasta el lugar, muy cerca de Miranda, a escasos 8 kilómetros.

Arriba en el monte, una cruz a la que se puede acceder desde el monasterio, preside la caja de rocas que, a modo de joyero, guarda la perla de Bujedo. Además de sus jardines, sus pavos reales mostrando su plumaje, los patos, las ocas… su pequeño zoo de aves cerradas para evitar que se vayan a otros parajes… Bujedo tiene dos símbolos, como eso dos sonidos que la identificaban: su torre y el ábside románico de su iglesia. Por los vestigios que quedan, la primitiva iglesia es del siglo XII. Y el torreón es también del primer tercio del siglo XII.

Ábside románico del templo de la Virgen del Buen Consejo. BC

Ábside románico del templo de la Virgen del Buen Consejo. BC

Esta construcción fortificada formaba parte del conjunto del castillo propiedad de doña Sancha Díaz de Frías y era una torre defensiva en el límite entre el reino de Navarra y el de Castilla. La iglesia, dedicada a la Virgen del Buen Consejo (antes de los años estaba dedicada a la Virgen del Pilar), tiene las trazas clásicas del románico. Sin embargo, también tiene elementos arquitectónicos propios del final del gótico. Como curiosidad, la iglesia cuenta con tres ábsides, dos de ellos laterales, de misma estructura y traza; y uno central que representa todos los elementos clasicistas del románico y de la orden del Císter, con cinco ventanas y vidrieras de un taller francés, de Burdeos, de 1891.

Los hermanos de La Salle cuidan con mimo todo el entorno. Antaño, en los años de la postguerra y hasta los 70, Bujedo era el noviciado para aquellos jóvenes que querían ingresar en esta orden fundada por el francés de Reims Juan Bautista de La Salle, coetáneo de otros fundadores de escuelas y órdenes religiosas como Nicolás Barré o Antonio Chevrier.

La torre

La torre está adosada a la iglesia y cuenta con un campanario. Es de planta cuadrangular y es el símbolo del monasterio; en su parte superior está coronada por varios pináculos y en su última construcción hay elementos herrerianos del renacimiento, allá por finales del siglo XVI. El bronce de las campanas ofrece un sonido especial. Quien lo oiga por primera vez percibirá una sensación diferente. En sucesivas veces, recordará de dónde procede y qué significa ese sonido

Juan Bautista de la Salle, el apóstol de los niños y los educadores, en el jardín del monasterio. BC

Juan Bautista de la Salle, el apóstol de los niños y los educadores, en el jardín del monasterio. BC

La Salle

Los Hermanos de las Escuelas Cristianas llegaron a España desde Francia en 1878. Su estilo de vida y de educar caló en la sociedad de una nación medio adormilada, perdida y recordando la pérdida de la hegemonía de siglos pasados. Los hermanos de La Salle se asentaron con fuerza y debido al creciente número de vocaciones buscaron un lugar adecuado para formar a los jóvenes. En 1890 dan con el Monasterio de Santa María de Bujedo.

El templo y el monasterio era propiedad de la Sociedad de Misiones Africanas que lo había comprado a mediados de siglo para formar a sus misioneros. Fue hace 30 años cuando Bujedo transformó sus huertas en jardines y, de ser un centro de formación de Hermanos de La Salle, ha pasado a ser una residencia para los hermanos mayores y una comunidad que mantiene la casa y acoge a los diferentes grupos y colectivos que desean reunirse para orar, descansar o para cualquier otro tipo de actividades.

San Juan Bautista de La Salle

Juan Bautista de la Salle nació el 30 de abril de 1651 en Reims, en Francia. Era hijo de una familia adinerada en la Francia de hace 300 años; reparó en la pobreza extrema que se vivía en la Francia del XVII y que la gente no podía educar a los hijos; la esperanza de sobrevivir entre tanta miseria era muy escasa. Ordenado sacerdote a los 27 años, tomo el compromiso de hacerse responsable de la educación de los niños pobres, llamándole a entregar sus riquezas a los pobres y abandonar lo que podría haber sido una prometedora carrera. Juan Bautista de la Salle transformó toda la educación de su tiempo. Muere el 7 de abril de 1719.

Museos

En el interior del monasterio, en los pasillos que asoman al claustro, están las viejas, hoy convertidas en salas de reuniones de grupos, y las vitrinas que albergan artesanías y restos arqueológicos, animales disecados y en formol, que sirvieron para la educación de niños y jóvenes y como materia expositiva de las diferentes campañas de investigación llevadas a cabo por los hermanos.

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