En unas pocas líneas ofrecemos unas pinceladas de como Irlanda, no se puede olvidar que es la patria del actual Comisario de Agricultura y Desarrollo Rural de la Unión Europea, Phil Hogan, va a aplicar la nueva PAC entre sus agricultores y ganaderos, destacando los principios de máximo liberalismo que van a regir esta situación.
Por lo que se refiere a la convergencia de las ayudas, el objetivo es culminar en 2019 con un pago mínimo que sea el 60% de la renta nacional, mientras que se establece un importe máximo que no puede superar los 700 euros por hectárea.
Irlanda va a destinar el 30% de su presupuesto de su primer pilar al greening, el mismo porcentaje en el que se mueve, por ejemplo Francia.
Al igual que España, destina un 2% del ya citado primer pilar a los jóvenes y el 3% a la reserva nacional.
Ningún sector se va a beneficiar de ayudas acopladas, excepto una pequeña cantidad, cerca de 3 millones de euros que supone el 0,2% de total con el que cuenta, a apoyar las proteaginosas.
El Gobierno irlandés, dentro de su concepción y lógica liberal, no ha destinado ni un euro del primer pilar a compensar las desventajas naturales de algunas de sus explotaciones.
Por lo que se refiere al segundo pilar, el desarrollo rural, es con estas ayudas con las que pretenden apoyar las áreas de las limitaciones naturales y las medidas ambientales: apoyo a prácticas de ahorro de energía fósil y las prácticas agroambientales locales.
Además, desde aquí se va a respaldar la modernización de las explotaciones lecheras y un programa de desarrollo genético bovino.
