ASAJA Alicante denuncia la intensa oleada de envenenamientos de colmenas que, desde hace unos meses, están sufriendo muchas explotaciones apícolas.
El último y más descabellado de estos episodios ha sido detectado en la partida alicantina de Bacarot, donde un apicultor ha sufrido el envenenamiento masivo de 60 de sus colmenas, provocándoles la muerte por intoxicación, un acto vandálico tipificado en el código penal como delito contra el patrimonio con pena de 1 a 3 años de prisión. Asimismo, el afectado ha explicado que no entiende la finalidad de dicha “fechoría”, ya que todas sus colmenas están identificadas con su número de explotación en cumplimiento del RD 209/2006 y, por lo tanto, si alguien tiene algún inconveniente puede localizarlo fácilmente sin necesidad de matar al ganado.
Desgraciadamente, el hecho ocurrido en Bacarot no es el único en los últimos meses ya que, según los informes realizados por ASAJA Alicante, desde que empezara el año, más de 200 colmenas de socios de la organización agarria han sido víctimas de envenenamientos, muriendo el 80% de las abejas y, las que han quedado vivas, han presentado sintomatología nerviosa por intoxicación.
Según la Sectorial Apícola de ASAJA Alicante, “lo normal en estas fechas es que los apicultores estén doblando colmenas, sacando miel y recogiendo enjambres, por lo tanto, es en ésta época del año cuando encontramos las explotaciones apícolas en su máximo esplendor”. Por ello, nos resulta paradójico que estas acciones “con tintes delictivos” se concentren, sobre todo, coincidiendo con la primavera, con lo que el apicultor no solo ve mermada su producción, si no que se pone en peligro la viabilidad de las colmenas y de la explotación ganadera.
Esta organización agraria reclama a la Administración que, además de investigar estos hechos vandálicos, también adopte las medidas de control que sean necesarias para paliar el agravante de las fumigaciones descontroladas. Y es que, el mal uso de productos fitosanitarios está sancionado y tipificado como grave y, según la Sectorial Apícola de nuestra organización, “corrompe la esencia de la normativa que regula el uso sostenible de estos fitosanitarios con el consecuente desprestigio para el sector que los utiliza”.