ANOVE asegura que sólo el 10% de la semilla de cereal que se utiliza en Castilla y León «está certificada

Agronews Castilla y León

7 de octubre de 2014

foto para los medios

La Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE) alerta sobre los problemas legales y de pérdida de producción que puede generar el uso de semilla fuera del circuito autorizado

En plena campaña de siembra, esta asociación alerta sobre los importantes riesgos que conlleva el uso de semilla no autorizada. En España, solamente el 22% de la semilla de cereal de invierno que se utiliza es certificada. Del 78% restante, aproximadamente un 30% corresponde a grano acondicionado para siembra procedente de los propios agricultores, pero persiste un 48% de origen desconocido y sin ninguna clase de control, que no cumple con los estándares oficiales que garantiza la semilla certificada, tales como la germinación mínima, la pureza varietal o la sanidad de la semilla.

Entre las mayores zonas cerealistas de España, en Castilla la Mancha y Castilla y León se estima, según la Asociación Nacional de Obtentores Vegentales un «mayor volumen de fraude», con un 57%, seguido de Extremadura (53%), Aragón (48%), Andalucía (26%) y Cataluña (24%).

En Castilla y León, solo un 10% de la semilla de cereal de invierno que se siembra es certificada, y el restante 33% corresponde a grano acondicionado.

ANOVE recuerda que la única semilla que puede ser comercializada es la certificada. Ninguna otra semilla, simiente o grano para siembra puede ser comprada o vendida ni encontrarse legalmente en el mercado. Los agricultores están autorizados a reemplear como semilla el grano que obtengan en su propia explotación, pero esos granos no pueden en ningún caso comercializarse ni intercambiarse entre agricultores.

La semilla certificada supone una serie de ventajas importantes para los agricultores, como el uso de menores dosis de siembra debido a la garantía de germinación, el menor tiempo en la preparación de la semilla, o el aumento del rendimiento, ya que se asegura una buena implantación del cultivo y se reduce la aparición de malas hierbas. Y lo más importante, la semilla certificada es la única que tiene garantizada su calidad por medio de los controles oficiales que realizan las autoridades competentes, lo que permite asegurar su trazabilidad y pureza varietal.



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