Los cuatro importadores canadienses que han estado visitando esta semana la DO Ribera del Duero a través de una Misión Comercial Inversa organizada por ASEBOR, Asociación Empresarial de Bodegas de Ribera de Duero, con la participación de nueve bodegas, han destacado sobre todo su satisfacción por comprobar un movimiento cada vez más emergente en esta región vitivinícola hacia el cultivo ecológico o biodinámico de la vid.
“Es muy agradable comprobar cómo surge en esta región un movimiento hacia el cultivo ecológico, e incluso biodinámico, estamos muy impresionados”, aseguró Mark Brian, de Latitude Wine Imports, ubicada en Alberta.
También se han mostrado sorprendidos por las dificultades que tienen que sortear viticultores y bodegueros ribereños para producir uvas y elaborar vino, en una región con un clima tan extremo y por la altitud, en comparación con otras regiones de España.
Respecto al mercado canadiense, Laurie Adams, de Red Dog (British Columbia), aseguró que el consumidor canadiense conoce los vinos españoles, sobre todo los de Rioja y otras regiones más populares, pero no tanto los de la Ribera del Duero, “por eso es importante venir aquí y comprobar que tanto el packaging como los vinos y los precios son buenos”.
Nick Haltigin, de Fountana Group, señaló que se pueden encontrar riberas en el mercado de British Columbia, y que son excelentes, pero que el único problema es la gran competencia que hay con los vinos de todas partes del mundo. “Se trata sólo de encontrar el mercado y los clientes adecuados para los vinos de Ribera del Duero”, afirmó.
“Estos vinos siempre van a gustar allí, porque son vinos de gran calidad”, añade Cliff Laurendeau, de Red Dog.
Canadá es un país con unas normas peculiares para la importación, pues en unas provincias hay un estricto control del monopolio gubernamental, mientras en otras, como Alberta es más abierto, por lo que la comercialización y entrada en ese mercado suele ser lenta y con resultados a largo plazo.
