El número de matanzas en la provincia de Zamora cae ligeramente con respecto al año pasado

María José Salvador

11 de diciembre de 2014

Matanzas Domiciliarias

Las matanzas que tradicionalmente se realizan en la provincia zamorana durante estas fechas van disminuyendo progresivamente debido fundamentalmente a la escasa población que aun queda en el medio rural y también a que no existe relevo generacional.

Tal es así que esta situación se vive prácticamente en casi todas las localidades zamoranas que tradicionalmente realizan la matanza del cerdo. Según la Junta de Castilla y León en Zamora, durante la campaña 2013/2014, se llevaron a cabo un total de 3.018 sacrificios de cerdos en domicilios tradicionales. Esto supone la disminución de 1.144 animales respecto a la campaña 2012/2013 en la que se analizaron un total de 4.162 animales.

En relación con la campaña 1999/2000 el número de análisis realizados por los servicios veterinarios disminuyó aproximadamente un 79 por ciento.

Esta menguada generalizada se debe fundamentalmente al cambio de los hábitos alimenticios de la población. Además, existe una realidad palpable las matanzas se circunscriben al ámbito rural y la población cada vez está más envejecida.

Así las cosas, hay que recordar que la Junta de Castilla y León es la encarga de llevar a cabo el control sobre las matanzas domiciliarias que se están desarrollando en la provincia desde el pasado mes de octubre y que suelen durar hasta el primer domingo de abril del próximo año.

La carne y los derivados que se obtienen de las matanzas que se realizan en los pueblos se destinan solamente para el consumo familiar, estando prohibida su comercialización.

En la provincia zamorana son todavía muchas las localidades que mantienen esta tradición y que se resisten a desaparecer, es el caso de Lorenzo Masero, un vecino de Coreses, que todavía mantiene viva la matanza en su casa.

Reconoce Masero a Agronews Castilla y León que esta tradición “se está perdiendo porque quedamos poca gente en los pueblos, cada vez hay menos gente joven y los poco que quedamos, que somos ya mayores, seguimos matando”.

Este vecino de Coreses dice que este año va a hacer la matanza de dos cerdos cuando lo tradicional en su vivienda era llegar a sacrificar “hasta cuatro cochinos”. Asegura Lorenzo Masero que “aunque contamos con ayuda, cada vez es más complicado que los hijos nos ayuden” porque reconoce “que no les gusta mucho trabajar en la matanza” aunque, de momento, él lo tiene fácil ya que “mi hijo es el que nos anima a que sigamos haciendo la matanza del cerdo como siempre lo hemos hecho”.

Otra de las circunstancias que se deriva de la matanza es la crianza del cerdo, algo que también lo lleva a cabo Lorenzo Masero en su casa al asegurar que “nosotros mantenemos toda la tradición, no queremos comprar solo la carne para hacer los chorizos, nosotros queremos criar y matar a nuestros propios cerdos”.

Una imagen, la matanza, que todavía pervive en muchas localidades zamoranas pero que tristemente con el paso del tiempo va a ir desapareciendo de la tradición de los pueblos.



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