Según un reciente informe de la FAO los precios de los alimentos, a nivel mundial, han vivido en 2014 un descenso del 3,7% en relación a 2013.
[[{«fid»:»15845″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:294,»width»:228,»style»:»width: 228px; height: 294px; border-width: 5px; border-style: solid; margin: 7px; float: left;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]Los cereales son los que han vivido el descenso más significativo con una caída del 12,5%, seguidos de los lácteos que sufren una depreciación del 7,7% y del azúcar que baja un 3,8%.
En el aspecto positivo sólo se sitúan la carne cuyo precio gana un 8,1% en relación a 2013.
En el caso de los cereales ese descenso hay que vincularlo a una producción sin precedentes y grandes existencias. Por lo que se refiere a los lácteos, las razones que esgrime la FAO para explicar esa caída obedecen a un incremento de las disponibilidades exportables y una ralentización del ritmo de adquisiciones de algunos de los principales importadores, en particular China y la Federación de Rusia. La bajada de los precios fue más pronunciada en el caso de las leches en polvo, seguidas por la mantequilla y los quesos.
Por lo que se refiere al azúcar la disminución de precio del 3,8% en 2014 hay que vincularlo con la abundancia de suministros en los principales países productores, entre ellos Brasil, el mayor productor y exportador del mundo, y el descenso de los precios del crudo, que causó una reducción de los volumenes de azúcar dirigida a etanol.
La carne es el único apartado que ha vivido un incremento de su valor en relación a 2013, según la FAO, que alcanza el 8,1%