La vendimia en la provincia Cordobesa, según informa la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía, está claramente marcada por la situación meteorológica registrada en el mes de julio y principios de agosto, de las altas temperaturas (varias olas de calor) y agravada por la falta de precipitaciones anuales. Estas circunstancias han obligado a los viticultores del marco Montilla-Moriles a adelantar la vendimia de sus viñedos, para asegurar al menos la recogida de la cosecha. Así, la primera vendimia de Europa, la ha abierto una Bodega el día 20 de julio, con los viñedos de la variedad predominante “Pedro Ximénez”, situados en la zona biológica de Los Llanos, entre los términos de Aguilar de la Frontera y Montilla.
El adelanto de la vendimia, se debe al “alechigamiento”, término autóctono que alude a la deshidratación o pasificación prematura de la uva y los racimos, junto con un exceso de “tostado” o daños del sol de los racimos más expuestos en las cepas, que están sufriendo un debilitamiento y cuya consecuencia indirecta es un problema de maduración y graduación alcohólica.
La falta de precipitaciones que viene sufriendo la Campiña Cordobesa, de varios años por debajo de los 500 mm (l/m2) y donde está campaña ha sido una de las más cortas, en torno a 370 mm. tiene como consecuencia un déficit de humedad o recursos hídricos que necesita el cultivo en secano en los meses más calurosos. Esto unido al exceso de temperaturas de las “olas de calor” que se han venido sucediendo durante la entrada en la etapa de maduración de la cosecha y donde además han predominado los vientos calurosos y secos de Levante, han provocado que la diferencia de temperaturas entre el día y la noche, hayan sido también menores. Se traduce, en una maduración fisiológica forzada del fruto y adelantada a la fenólica, que produce una pérdida de rendimiento o peso, merma de grados y desequilibrio de acidez.
A estas circunstancias que han adelantado la vendimia, se le ha añadido el problema de una fenología desigual que presentaba este año el viñedo, entre las cepas y los distintos racimos e incluso la uva de estos “uva madura y uva verde”. Como consecuencia de todo ello, las previsiones de merma de producción en la zona de Denominación de Origen Protegida, que está en torno a los 30 millones de kilos de uvas en los últimos años, se sitúa en al menos el 30% y con una graduación Baume actualmente algo inferior a la deseada, situándose en esta primera etapa de la vendimia sobre los 10,5-11O (lo óptimo 12-13O).
En contrapartida a lo anterior, la cosecha presenta un excelente estado fitosanitario, ya que la incidencia de enfermedades como el mildiu (Plasmopara vitícola), el oídio (Uncinula necator) y la podredumbre (Botrytis cinerea), o la de plagas como la araña amarilla (Tetranychus urticae) y el mosquito verde (Empoasca spp.), que afectan a la calidad de los mostos, es prácticamente insignificante. Y acelerará o facilitará el trabajo en las “paseras”, donde los racimos de uva extendidos al sol, darán lugar a la elaboración del vino dulce Pedro Ximénez, santo y seña de la Denominación de Origen.