Identifican las zonas más vulnerables de la cuenca del río Duero para una gestión sostenible del regadío. En las últimas décadas, el aumento de la demanda de agua ha generado una presión significativa en diversas cuencas hidrográficas, particularmente en la del río Duero, que atraviesa España y Portugal. Esta presión se ha visto agravada por los efectos del cambio climático, lo que ha llevado a situaciones de escasez de agua en muchos tramos de este importante río.
La gestión sostenible del recurso hídrico se ha convertido en una prioridad, tanto para las administraciones públicas como para los investigadores, en su intento de equilibrar las necesidades agrícolas con la conservación de los ecosistemas acuáticos. En este contexto, un grupo de investigadores de ETSI Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha llevado a cabo un estudio para identificar las áreas más vulnerables de la cuenca del Duero en términos de sostenibilidad para el regadío.
El proyecto SECA-SRH y el estudio de la cuenca del Duero
Este análisis forma parte del proyecto Simulation of climate scenarios and adaptation in water resources systems (SECA-SRH), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España. Este proyecto busca evaluar los escenarios de adaptación a los cambios en los recursos hídricos, y la cuenca del Duero ha sido una de las principales áreas de estudio.
El equipo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la UPM desarrolló un conjunto de indicadores para analizar de manera objetiva la sostenibilidad hídrica de la cuenca. Uno de los conceptos clave fue la disponibilidad potencial de agua, que se define como la demanda máxima que se puede satisfacer en un punto específico de la red hidrográfica, bajo un criterio de garantía de suministro.
Comparativa entre disponibilidad y demanda de agua en la cuenca
El análisis del estudio se centró en comparar la disponibilidad potencial de agua con la demanda real de regadío, un dato proporcionado por el Plan Hidrológico del Duero (2022-2027). Este informe oficial establece que el 93% de las necesidades hídricas totales en la cuenca del Duero están destinadas a la agricultura. La magnitud de este dato subraya la importancia de asegurar que el uso agrícola del agua sea sostenible para evitar la sobreexplotación de los recursos.
Además, se consideraron las restricciones impuestas por los caudales ecológicos, que son esenciales para mantener el equilibrio de los ecosistemas fluviales. También se tuvieron en cuenta las infraestructuras hidráulicas existentes, como los embalses, cuya capacidad de regulación es crucial para sostener el suministro de agua durante los periodos de mayor demanda.
Áreas vulnerables de la cuenca del Duero
Si bien gran parte de la cuenca del Duero demuestra un funcionamiento que puede considerarse sostenible, el estudio identificó varias zonas que presentan vulnerabilidad en términos de disponibilidad de agua. Entre las áreas más vulnerables se encuentran los tramos superiores de los sistemas de los ríos Adaja, Tormes y Águeda, los tramos medios del río Esla, los tramos inferiores del río Pisuerga, y el Bajo Duero y el tramo inferior del Alto Duero.
«El Bajo Duero y el tramo inferior de la cuenca del Alto Duero se identifican como áreas con déficits acumulados en la disponibilidad potencial de agua en comparación con la demanda de riego superficial,» explica Álvaro Sordo-Ward, investigador de la UPM. Según los datos del estudio, en estas zonas, los déficits globales alcanzan el 80% y el 20%, respectivamente. Esto significa que, en períodos críticos, no se puede garantizar el suministro de agua suficiente para satisfacer las necesidades de riego.
Impacto de la regulación de los recursos hídricos
Los investigadores también destacaron que en otras zonas, como las subcuencas del Esla, Adaja, Tormes y Águeda, la demanda hídrica es sostenible. Sin embargo, en áreas como las subcuencas del Pisuerga y parte del Alto Duero, la sostenibilidad del riego dependería de la ejecución de obras de regulación adicionales, como la construcción de embalses o infraestructuras que permitan una mejor gestión del recurso hídrico disponible.
El estudio también menciona los ríos Jamuz, Esgueva, Riaza y Zapardiel, que fueron señalados como los más críticos en cuanto a la necesidad de movilización de recursos adicionales para disminuir su vulnerabilidad. Estas zonas requerirían una intervención más directa para asegurar que la disponibilidad de agua sea suficiente para cubrir la demanda agrícola sin comprometer el equilibrio ecológico de los ecosistemas fluviales.
Indicadores para una gestión sostenible del regadío
Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que ofrece una metodología sencilla para identificar las áreas más vulnerables de una cuenca en términos de gestión sostenible del agua para el regadío. Los indicadores desarrollados pueden ser aplicados tanto por los gestores de recursos hídricos como por las administraciones públicas para tomar decisiones más informadas sobre el uso del agua en la agricultura.
«Existe la posibilidad de aumentar la disponibilidad de agua mediante la regulación de los recursos hídricos,» afirman los investigadores. Esto permitiría asegurar la sostenibilidad de los cultivos, incluso en períodos de escasez, al tiempo que se protege el entorno natural.
Futuro de la gestión hídrica en la cuenca del Duero
El trabajo de la UPM destaca la necesidad de mejorar la gestión hídrica de la cuenca del Duero para enfrentar los desafíos que plantea el cambio climático y el crecimiento de la demanda agrícola. Las autoridades locales y regionales podrán utilizar estos resultados para implementar políticas de uso más eficientes, con el objetivo de evitar la sobreexplotación de los recursos hídricos y garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
En resumen, la cuenca del río Duero enfrenta desafíos importantes, pero gracias a estudios como este, es posible desarrollar estrategias de gestión que aseguren la sostenibilidad de sus recursos hídricos en el futuro.