La Alianza UPA-COAG de Zamora denuncia un nuevo ataque de lobos que causa la muerte de 4 carneros de alta genética en Sobradillo de Palomares

Agronews Castilla y León

10 de septiembre de 2024

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La situación en las áreas rurales de la provincia de Zamora sigue siendo insostenible para muchos ganaderos que luchan día a día por mantener su ganado a salvo de los ataques de lobos. El más reciente y grave incidente tuvo lugar en Sobradillo de Palomares, donde un ataque de lobos resultó en la muerte de cuatro carneros de alta calidad genética, pertenecientes a una raza que se encuentra en peligro de extinción. Este hecho ha encendido de nuevo las alarmas en la región, con la Alianza UPA-COAG de Zamora denunciando lo que describen como un problema descontrolado y creciente en la zona.

El ataque: una amenaza constante para los ganaderos

El ataque ocurrió cuando los lobos lograron superar las defensas de una granja local, atravesando el cercado de la propiedad y acabando con cuatro de los carneros más valiosos del rebaño. Estos ejemplares, de alta calidad genética, no solo representaban una importante inversión económica para los ganaderos, sino también un esfuerzo por conservar una raza en peligro de extinción. Según la Alianza UPA-COAG de Zamora, este ataque no es un hecho aislado, sino parte de una creciente tendencia de lobadas en la provincia, donde los lobos están causando daños irreparables en la ganadería extensiva.

Cada vez es más frecuente escuchar a los ganaderos hablar de la desprotección ante los ataques de lobos. La situación ha empeorado notablemente en los últimos años, con una población de lobos en expansión que genera cada vez más situaciones críticas para el sector ganadero. Según la Alianza, «la especie está absolutamente descontrolada», y se estima que el número de lobos ha aumentado significativamente en toda la región de Castilla y León, provocando una creciente presión sobre las explotaciones ganaderas, especialmente aquellas dedicadas a la ganadería extensiva.

zamora, lobos 

La Alianza UPA-COAG: un llamado urgente a las autoridades

Ante esta situación, la Alianza UPA-COAG de Zamora ha emitido un comunicado expresando su frustración por lo que consideran una dejadez política respecto a la gestión de los ataques de lobos y el retraso en las indemnizaciones a los ganaderos afectados. Según la Alianza, muchos de los ganaderos no solo están sufriendo la pérdida continua de animales, sino que también se sienten abandonados por la falta de medidas políticas eficaces para controlar la situación.

Una de las principales quejas es el retraso en el pago de las indemnizaciones por parte del Gobierno regional, que en algunos casos se demora varios meses. Esto agrava aún más la situación para los ganaderos, que se ven obligados a absorber las pérdidas económicas a corto plazo sin el respaldo adecuado. La Alianza UPA-COAG señala que este retraso es una muestra más de la irresponsabilidad política que enfrentan los productores, quienes sufren tanto los efectos devastadores de los ataques como la falta de una respuesta eficiente por parte de las autoridades.

El contexto: una problemática que afecta a toda la región

IMG 20240909 WA0002El problema de los ataques de lobos no es exclusivo de Zamora. En los últimos años, varias provincias de Castilla y León han experimentado un aumento en el número de ataques a ganaderías. En la región, la población de lobos ha crecido de manera considerable, estimándose que en el año 2023 hubo más de 500 ataques a ganaderías en toda la comunidad. Esto ha llevado a pérdidas económicas significativas para los productores, así como a un deterioro en la calidad de vida de los ganaderos que dependen de sus animales para subsistir.

Los datos más recientes indican que, en algunos municipios de Zamora, los ataques de lobos han causado pérdidas de hasta el 20% del ganado ovino en algunas explotaciones. La situación es especialmente grave en áreas rurales como Sobradillo de Palomares, donde la densidad de población es baja y los recursos para proteger al ganado son limitados.

Una situación insostenible para los ganaderos de Zamora

La Alianza UPA-COAG ha advertido en repetidas ocasiones que la situación es ya «insostenible» para muchos ganaderos, que no solo están perdiendo animales, sino también su capacidad de generar ingresos. Además, los ataques de lobos están afectando a la ganadería extensiva, que es una parte fundamental del tejido económico y social de las zonas rurales de Zamora. Este tipo de ganadería, que permite que los animales pasten libremente en grandes extensiones de terreno, es particularmente vulnerable a los ataques de lobos, ya que las medidas de protección, como cercados y pastores eléctricos, a menudo no son suficientes para detener a los depredadores.

La pérdida de cuatro carneros de alta calidad genética no es solo un golpe económico para el productor afectado, sino también un revés para los esfuerzos de conservación de razas en peligro de extinción. Estas razas representan una parte importante del patrimonio genético de la región y su desaparición supondría una pérdida irreparable tanto para el sector ganadero como para la biodiversidad.

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Reclamos a la administración: una responsabilidad compartida

La Alianza UPA-COAG ha hecho un nuevo llamado a las autoridades, tanto del Gobierno central como del Gobierno autonómico, para que asuman su responsabilidad en la gestión de los daños causados por los ataques de lobos. La organización señala que ambos niveles de gobierno deben coordinarse mejor para implementar medidas efectivas que protejan a los ganaderos y garanticen que las indemnizaciones lleguen de manera rápida y adecuada.

La falta de una acción decisiva por parte de las autoridades ha llevado a una situación de incertidumbre y frustración en el sector ganadero. Los productores no solo enfrentan la pérdida de animales, sino también una creciente sensación de abandono por parte de las instituciones, que parecen no entender la magnitud del problema. La Alianza UPA-COAG insta a los responsables políticos a actuar con urgencia, antes de que la situación se deteriore aún más y los ganaderos pierdan la capacidad de seguir adelante con sus explotaciones.



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