
El Comité de Crisis Veterinario, reunido en la sede de la Organización Colegial Veterinaria (OCV) en Madrid, ha emitido un comunicado contundente titulado «¡Dejadnos trabajar!», en el que expresan su malestar con el Real Decreto 666/2023 y otras normativas que afectan al uso de medicamentos veterinarios.
Las protestas continuarán el próximo 26 de marzo con movilizaciones simultáneas en todas las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno en España, en un intento de presionar para la revisión de las restricciones impuestas.
Motivos del malestar veterinario
El sector veterinario ha alzado la voz contra una interpretación excesivamente restrictiva de la normativa europea sobre medicamentos, lo que según los profesionales impide una correcta atención a los animales y, en algunos casos, puede comprometer su bienestar y salud. Entre los principales puntos de la protesta destacan:
1. Diferencias entre medicamentos humanos y veterinarios
Los veterinarios advierten que el sector farmacéutico veterinario no puede regirse por las mismas normativas que el de medicamentos humanos. La enorme diversidad de especies atendidas y la escasez de recursos farmacéuticos en veterinaria exige una mayor flexibilidad en la regulación y prescripción de medicamentos.
2. Interpretación restrictiva de la normativa europea
La normativa europea establece que los medicamentos deben utilizarse según su autorización de comercialización, pero la aplicación de esta regla en España es más estricta que en otros países europeos.
- No se permite aumentar la dosis ni los días de tratamiento, aunque la evidencia científica y el bienestar animal lo aconsejen.
- Esta rigidez podría derivar en un incremento de resistencias a los antibóticos, según alertan los expertos.
3. Desactualización de fichas técnicas
Muchas fichas técnicas de medicamentos veterinarios están desactualizadas, lo que impide a los veterinarios adaptar los tratamientos según los avances científicos. En países como Suecia, se permite que la evidencia científica prime sobre la regulación, algo que en España no ocurre.
4. Compromiso del sector con la reducción de antibóticos
Desde 2014, el Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN) ha logrado reducir en más del 70% el uso de estos medicamentos en veterinaria. Pese a este éxito, el sector sigue enfrentando regulaciones que complican el acceso a tratamientos necesarios.
5. Críticas a la plataforma PresVet
El sistema PresVet, impuesto por el Ministerio de Agricultura, no está recogido en la normativa europea y se ha convertido en una carga burocrática innecesaria.
- No utiliza las unidades estándar de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
- No aporta información adicional a la que ya se obtiene a través del sistema ESUAVET, de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
- Impone sanciones desproporcionadas a los profesionales veterinarios.
6. Dificultades en el acceso a antibióticos
La clasificación restrictiva de los antibióticos impuesta en España complica su acceso en veterinaria:
- Escasez de medicamentos de primer uso en animales.
- Retrasos en la atención por la obligación de realizar pruebas de sensibilidad previas.
7. Impacto en la salud pública
Dado que el 60% de las patologías infecciosas en humanos provienen de los animales, cualquier limitación en el acceso a tratamientos veterinarios puede tener repercusiones en la salud pública.
8. Problemas de desabastecimiento de medicamentos
Los veterinarios denuncian que los propietarios de animales deben recorrer varias farmacias sin encontrar los medicamentos recetados, lo que retrasa los tratamientos y pone en riesgo la salud animal.
9. Venta de medicamentos en centros veterinarios
En el resto de Europa, los centros veterinarios pueden dispensar medicamentos, algo que en España está prohibido. Permitir esta práctica tendría ventajas como:
- Mayor rapidez y eficiencia en la atención.
- Menos excedentes de medicamentos, reduciendo el desperdicio y mejorando el control de antibióticos.
- Mejor supervisión y seguridad en el uso de fármacos.
Exigen regulaciones científicas y realistas
Los veterinarios critican que las normativas se están elaborando sin contar con el criterio de los profesionales del sector. Exigen que se tomen decisiones basadas en la ciencia y en la realidad de la práctica clínica, y no solo en criterios administrativos que generan más problemas de los que resuelven.
Conclusión: Un sector al límite
La profesión veterinaria en España se encuentra en una situación crítica debido a normativas que dificultan su trabajo en lugar de mejorarlo. Con la movilización del 26 de marzo, los veterinarios buscan hacer llegar su mensaje a las autoridades para exigir cambios que permitan un ejercicio profesional más eficaz, basado en la ciencia y orientado al bienestar animal y la salud pública.