
Los veterinarios de Zamora se han manifestado frente a la subdelegación del Gobierno de la capital para protestar contra el Gobierno de España, Bajo el lema “Basta ya! ministro Planas: déjanos trabajar”.
De esta forma han querido mostrar su malestar por la ley de medicamentos que existe actualmente y de la que se sienten gravemente afectados. Consideran que todos ellos son sanitarios, pero la legislación española, aseguran, que “ignora esta realidad” ya que impone restricciones que no existen en la mayoría de los países europeos.
Además y de esta forma, aseguran, “se está dificultando gravemente la labor de los veterinarios y poniendo en riesgo el bienestar y la salud de los animales”, afirma la presidenta del Colegio Oficial de Veterinarios de Zamora, Elena Laguno.
Laguno dice que “la protesta es contra el Real Decreto 666/2023 que regula el uso de medicamentos veterinarios. Este Real Decreto se realizó sin contar con nuestra presencia”.
En la provincia de Zamora hay 350 veterinarios colegiados y el sentir de todos ellos ha sido el mismo. Es lo que señalaba también este profesional zamorano que se encontraba en la protesta “en materia de ovino hay que decir que no estamos muy restringidos porque hay muy pocos medicamentos registrados para el ovino. Entonces estamos muy limitados a la hora de prescribir. Solo podemos usar muy pocos productos porque el resto no están registrados para ovino.»
«Tenemos que acudir a lo que se llama prescripción excepcional o encascada, con lo que eso nos limita, mucho más la utilización de esos medicamentos. Hay medicamentos que podemos registrarlos que no funcionan para las enfermedades por nuestra experiencia e incluso analíticas. Entonces, lo que está pasando es que está aumentando la mortalidad y está bajando la la productividad de los de los rebaños”, afirmaba.
Restricciones a los veterinarios
Asegura que “no se pueden utilizar medicaciones, por ejemplo, para las células somáticas que es lo que marca la mamitis subclínica y ahora ha aumentado, si estábamos en 1 millón aproximadamente en Castilla y León, ahora está en millón y medio de células somáticas. De media en todos los rebaños y eso se debe, entre otras cosas, porque nos han restringido el uso de antibióticos, entonces no podemos usar antibióticos”.
Otra de las veterinarias de pequeños animales presente en la protesta asevera diciendo que “las mayores consecuencias son a nivel de salud porque al final a nosotros nos están obligando a no prescribir con sanciones desmesuradas, pero al final los afectados son los animales»
«ya que si yo le quiero prescribir un antibiótico que creo que es importante en ese momento, no puedo hacerlo, quizás si no me ha llegado un cultivo previo el cual va a tardar, aparte del precio y el coste que conlleva, va a tardar unos cuantos días en llegar y por lo tanto la salud del animal va a estar en ese tiempo afectada, claro, porque no sabemos cuándo vamos a poderle poner el antibiótico que queremos.» asevera esta profesional.
«Luego también muchas veces nos está pasando que estamos prescribiendo medicamentos que no podemos vender en la clínica que llegan a las farmacias y o bien no los consiguen, no los tienen en las farmacias, tarda en llegar dos, tres semanas o en el mejor de los casos les dan cajas de 100 comprimidos de los cuales le van a sobrar 90 y el precio, a lo mejor es de 200 euros. Entonces, va a afectar a la salud de los animales”, lamentaba
Manuel Morales es veterinario de vacuno también se queja porque “esto es algo que no es de ahora, llevamos ya años sufriendo la legislación, que a veces es más restrictiva y lo que no se entiende es con que información legislan”.
Reconoce que “actualmente tenemos granjas de 300, 400 y 500 vacas y lo primero que no se entiende es que no podamos tener un botiquín veterinario en granja, porque desde el punto de vista de bienestar animal, si tenemos una enfermedad un fin de semana, que coincide además puente, pues no podemos tener los animales sufriendo desde el viernes hasta el lunes que podamos ir a una comercial a comprar los medicamentos.»
«Esto es una de las primeras reivindicaciones que hicimos. Aparte de esto también nos afecta mucho el tema de que no se pueden tratar los animales dependiendo de nuestra experiencia y nuestro criterio clínico, porque trabajamos con unas fichas de medicamentos que son muy obsoletas, a veces están muy anticuadas y no nos dejan aplicar nuestra experiencia en esas granjas”. afirman.
Más de 200 veterinarios de Valladolid se concentran contra la nueva normativa del medicamento veterinario
Más de 200 veterinarios de Valladolid se han concentrado frente a la Delegación del Gobierno en Castilla y León para mostrar su profundo rechazo al Real Decreto 666/2023, una normativa que, según denuncian, limita el criterio clínico veterinario y pone en riesgo la salud animal y pública. La movilización ha sido impulsada por los Colegios Oficiales de Veterinarios de Valladolid y Ávila, cuyos presidentes, Rufino Álamo y Rufino Rivero, entregaron personalmente un manifiesto de reclamaciones al delegado del Gobierno, Nicanor Sen.
Reivindicación de la veterinaria como profesión sanitaria esencial
Durante la concentración, los profesionales hicieron hincapié en que la veterinaria es una profesión sanitaria indispensable para la salud pública, el bienestar animal y la seguridad alimentaria. Exigieron su reconocimiento a todos los efectos legales y administrativos como tal, incluyendo la consideración de los más de 60 centros veterinarios en Valladolid como centros sanitarios.
En palabras de Rufino Álamo, presidente del Colegio de Veterinarios de Valladolid:
“Vacunar, desparasitar y cuidar la salud de un perro o un gato son aspectos clave dentro de la salud pública. No puede ser que estén gravados con un IVA del 21%, el tipo más alto, como si fueran artículos de lujo”.
Una normativa que limita la capacidad de acción del profesional
El Real Decreto 666/2023, en vigor desde enero, ha generado una ola de rechazo entre los profesionales veterinarios de toda España. Según los veterinarios concentrados en Valladolid, la normativa impone una serie de trabas burocráticas que entorpecen la atención sanitaria a los animales, especialmente en una comunidad como Castilla y León, con una de las cabañas ganaderas más amplias de España y un número creciente de mascotas en los hogares.
Consecuencias prácticas de la normativa
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Se restringe la prescripción de ciertos antibióticos, obligando a usar medicamentos menos eficaces o reservados para casos extremos.
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Se retrasa la aplicación de tratamientos urgentes, comprometiendo la salud y bienestar animal.
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Se fuerza a los propietarios a comprar medicamentos en formatos innecesariamente grandes, lo que genera sobrantes peligrosos que pueden acabar mal gestionados.
Según los veterinarios, esta normativa va en contra de los principios científicos y clínicos básicos. Como explicó Álamo durante la protesta:
“La decisión sobre qué medicamento aplicar debe basarse en un criterio clínico, no en una lista cerrada o en la disponibilidad comercial de fármacos con autorizaciones limitadas”.
Veterinarios sin capacidad para completar el tratamiento: un problema añadido
Una de las principales críticas al marco legal actual es la prohibición de que los veterinarios puedan suministrar directamente medicamentos para completar tratamientos, algo que sería clave para evitar el desperdicio de fármacos y facilitar el cumplimiento de pautas terapéuticas. Esta restricción está recogida en el Real Decreto Legislativo 1/2015, cuya derogación es una reivindicación histórica del colectivo veterinario.
El papel clave de los veterinarios en la lucha contra las resistencias antimicrobianas
Uno de los argumentos centrales de la protesta ha sido la amenaza que esta nueva regulación representa para la lucha contra las resistencias antimicrobianas, una prioridad global según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se estima que más de 35.000 personas mueren al año en Europa por infecciones provocadas por gérmenes resistentes a los antibióticos, y la cifra va en aumento.
España ha sido líder en la reducción del uso de antibióticos en sanidad animal, con una disminución del 70% en la última década, gracias a los programas Reduce, impulsados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Sectores como el porcino, avícola, cunícola y vacuno de leche se han adherido voluntariamente a estas medidas.
“El compromiso de los veterinarios con la prescripción responsable de antimicrobianos es incuestionable. La nueva normativa no ayuda, al contrario: puede forzar el uso de antibióticos de último recurso por la falta de opciones legales”, alertó Rufino Rivero.
Un grito por la salud pública, la ciencia y el sentido común
Los veterinarios advierten que el modelo prescriptivo impuesto por el nuevo decreto contradice las recomendaciones internacionales y reduce a los veterinarios a meros aplicadores de normas, sin capacidad de tomar decisiones clínicas informadas. Esto no solo afecta a los animales, sino también al control de enfermedades zoonósicas, aquellas que pueden transmitirse de animales a humanos.
Datos relevantes del sector veterinario en Castilla y León:
Indicador | Cifra estimada (2024) |
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Veterinarios colegiados en CyL | Más de 4.500 |
Centros veterinarios en Valladolid | 60 |
Ganado vacuno en CyL | 1,3 millones de cabezas |
Ganado porcino en CyL | 5,6 millones de cabezas |
Ganado ovino-caprino en CyL | 4,2 millones de cabezas |
Mascotas en Castilla y León | Más de 1 millón |
Uso de antimicrobianos (2010-2020) | -70% en animales de producción |
Propuestas del colectivo veterinario
Los manifestantes han exigido una revisión del Real Decreto 666/2023, así como del resto del marco normativo que impide el ejercicio pleno de la profesión. Entre sus demandas destacan:
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Eliminación del IVA del 21% en servicios veterinarios.
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Reconocimiento legal y administrativo de los centros veterinarios como centros sanitarios.
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Autorización para dispensar medicamentos directamente por parte de los veterinarios.
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Reducción de la burocracia en la prescripción de medicamentos.
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Colaboración directa con la administración sanitaria para combatir la resistencia antimicrobiana.
Presencia ciudadana y apoyo de los propietarios de mascotas
A la protesta también se sumaron decenas de ciudadanos y propietarios de animales, muchos de ellos acompañados por sus perros, como muestra de solidaridad con los veterinarios. “Ellos salvan vidas cada día, no solo de animales, sino también de personas”, expresó una de las participantes.
Una protesta por la salud animal y humana
Las concentraciones de ayer, 26 de marzo, son solo una muestra del descontento creciente del colectivo profesional con la normativa estatal. Reclaman ser escuchados, que se valore su papel sanitario y científico, y que las normas se construyan con base en la experiencia de quienes están cada día en contacto con los animales, sus patologías y sus tratamientos.
La salud animal no puede desvincularse de la salud pública, y en este sentido, los veterinarios exigen que se les dé el espacio y el respeto que merecen como agentes esenciales del sistema sanitario español.