La vendimia de este año en Cataluña está marcada por una drástica caída de la producción, que según Unió de Pagesos podría ser superior al 40% respecto a la campaña del año pasado. La principal causa de esta reducción es la sequía extrema que ha afectado gravemente a los viñedos de la región. Ante esta alarmante situación, el sindicato agrícola ha solicitado al Govern que implemente medidas urgentes de apoyo, tanto para paliar las pérdidas económicas como para la replantación de viñedos que han muerto debido a las condiciones climáticas adversas.
Impacto de la sequía en la vendimia 2024
El estrés hídrico que han sufrido los viñedos de Cataluña ha sido determinante en la significativa reducción de la cosecha. A medida que nos acercamos a mediados de septiembre y se avanza en el proceso de recolección, las previsiones se confirman: la producción de uva en algunas variedades, como el macabeo y el xarel·lo, es considerablemente más baja en comparación con el año pasado.
En comarcas clave como el Penedès y el Camp de Tarragona, las producciones promedio están muy por debajo de lo esperado, situándose entre 1.500 y 5.000 kilogramos por hectárea (Kg/ha). Esta cifra es inferior incluso a la registrada en la campaña anterior, que ya había sido afectada por condiciones climáticas adversas. En otras regiones como la DO Terra Alta, la situación no es mucho mejor, con producciones de 1.500 Kg/ha en terrenos de secano y de 5.000 a 6.000 Kg/ha en fincas de regadío.
En la región del Priorat, y más específicamente en la DO Montsant, se estima una producción de entre 3.000 y 4.000 Kg/ha, lo que representa una caída del 50% en comparación con un año normal. En la DOQ Priorat, las cifras son aún más preocupantes, con rendimientos que oscilan entre 500 y 1.500 Kg/ha. Sin embargo, en algunas zonas como Porrera y Morera del Montsant, las expectativas son ligeramente mejores, con producciones que podrían alcanzar los 3.500 a 4.000 Kg/ha.
Comparativa de la cosecha 2023 vs 2024 por denominaciones de origen
Las cifras publicadas por el Departamento de Agricultura confirman la magnitud del problema. Comparando los datos de la cosecha al 9 de septiembre de 2023 con los del mismo período de este año, se ha registrado una reducción del 41% en la producción total de uva en Cataluña.
Los viñedos que forman parte de la DO Cava han experimentado una caída del 24,5%. En la DO Penedès, una de las zonas más afectadas, la cosecha ha disminuido en un 46%, mientras que en la DO Terra Alta, la reducción ha sido del 48,5%.
Por su parte, la DO Empordà ha registrado una merma del 41,4%, y en la DO Pla de Bages las cifras son aún más dramáticas, con una bajada del 73%. La DO Montsant y la DOQ Priorat también presentan caídas significativas, con reducciones del 53% y 68%, respectivamente. La situación más crítica se observa en la DO Costers del Segre, donde la cosecha se ha reducido en un 85%.
La rentabilidad de los viticultores en riesgo
A pesar de la subida de los precios de compra de uva que las bodegas se han visto obligadas a implementar debido a la escasez de producción, desde Unió de Pagesos advierten que estos aumentos no son suficientes para garantizar la rentabilidad del sector. Según los cálculos del sindicato, los agricultores necesitan obtener al menos 4.500 euros por hectárea para cubrir los costes de producción y asegurar la sostenibilidad de sus explotaciones. Sin embargo, con la reducción drástica en la cosecha, muchos viticultores se enfrentan a pérdidas económicas considerables.
Otros factores que han afectado la cosecha: mildiu y plagas
Además de la sequía, los viñedos de Cataluña han sufrido otros problemas que han agravado la situación. Uno de los más importantes ha sido la presencia del mildiu larvado, una enfermedad que afecta a las hojas y los frutos de la vid, provocada por el incremento de las temperaturas a partir de la segunda quincena de julio. Este fenómeno ha acelerado el estrés hídrico que ya acumulaban las plantas, reduciendo aún más su capacidad para producir uvas de calidad.
Asimismo, los ataques del mosquito verde, una plaga que afecta principalmente a las hojas de la vid, han contribuido a empeorar las condiciones de los viñedos. Estos factores, sumados a la falta de agua, han hecho que la cosecha de este año sea no solo escasa en cantidad, sino también pobre en grado alcohólico, lo que podría afectar a la calidad del vino que se produzca en esta campaña.
El llamamiento de Unió de Pagesos al Govern
Ante este escenario tan adverso, Unió de Pagesos ha instado al Govern a que tome medidas urgentes para apoyar al sector vitivinícola. Entre las demandas del sindicato destacan la necesidad de implementar ayudas directas para compensar las pérdidas sufridas por los viticultores y el establecimiento de subvenciones para la replantación de los viñedos que han muerto debido a la sequía.
El sindicato también ha subrayado la importancia de adoptar políticas a largo plazo que permitan a los viticultores adaptarse mejor a los cambios climáticos y garantizar la sostenibilidad del sector. Entre estas medidas, proponen el desarrollo de tecnologías de riego más eficientes, la promoción de variedades de uva más resistentes a la sequía y la mejora de las infraestructuras de almacenamiento de agua en las zonas rurales.
El futuro de la viticultura en Cataluña está en una encrucijada. La combinación de sequía, plagas y enfermedades ha generado una crisis en el sector que pone en riesgo la viabilidad económica de muchos viticultores. Aunque las bodegas han reaccionado con aumentos en los precios de compra de uva, estas medidas no son suficientes para compensar la baja producción y los altos costes asociados a la gestión de los viñedos en condiciones climáticas tan extremas.
La situación actual obliga a una reflexión profunda sobre las estrategias a seguir para garantizar la supervivencia de la tradición vinícola catalana, así como la adopción de medidas urgentes para mitigar el impacto del cambio climático en los cultivos de uva.