La vendimia de la variedad predominante en el Condado de Huelva, la Zalema, se ha iniciado a mediados de septiembre, previéndose su finalización durante la primera quincena de octubre.
Si bien, la calidad de la uva ha llegado a su tramo final de campaña con una calidad excelente, uno de los principales parámetros utilizados para determinar el momento justo de recolección, los grados Baumé (concentración de azúcar o grados de alcohol probable), no ha registrado los valores más adecuados. Y es que, a las cuatro olas de calor registradas entre junio y agosto, hay que sumarle los daños foliares que el mosquito verde (Jacobyasca lybica y/o Empoasca spp.) ha ocasionado, ralentizando, en conjunto, tanto la maduración de los racimos como los procesos metabólicos de síntesis de azúcares. La graduación obtenida en esta situación ha oscilado en torno a los 9.5-10°Bé, cuando lo necesario para los vinos afrutados de alta calidad del Condado se sitúa en torno a los 10.5°Bé. Hay que tener en cuenta que, durante el proceso de fermentación se podría alcanzar en tono a 1°Bé más.
En cuanto a la producción, se prevé que, como situación más favorable, se mantenga similar a la campaña 2022, la cual ya estuvo por debajo de una campaña normal. Ambas campañas han transcurrido por elevadas, y prolongadas, temperaturas estivales, las cuales han terminado por mermar la producción. Producción que ya venía tocada por los graves daños que provocó el ataque del mildiu (Plasmopara vitícola) en la campaña 2020 y que redujo, en la campaña 2021, el número de racimos por sarmientos, acumulándose así cuatro campañas, contando esta del 2023, con un descenso de la producción respecto al histórico.
Por último, y como se ha dicho al principio, el estado fitosanitario de los racimos ha sido excelente al no tener que destacar, durante la campaña, daños por mildiu (Plasmopara vitícola), oído (Uncinula necator), lobesia (Lobesia botrana) y/o podredumbres del racimo (Botrytis cinerea).