
El vaciado sanitario representa uno de los retos más desafiantes para el sector ganadero, no solo desde una perspectiva económica sino también emocional.
Un reciente caso en Manzaneda (Ourense), que enfrenta pérdidas superiores a los 32.000€, pone de manifiesto la urgente necesidad de medidas de apoyo para los ganaderos afectados por altas sanitarias.
La Tuberculosis Bovina: Un Desafío Persistente
La prevalencia de la tuberculosis bovina en Galicia se mantiene en un 0,1%, según datos de la Consejería de Medio Rural de la Xunta de Galicia. Esta cifra, aunque aparentemente baja, esconde un desafío constante para los ganaderos. La enfermedad, de carácter insidioso, puede permanecer latente y manifestarse ante condiciones ambientales adversas, poniendo en riesgo a toda la explotación ganadera.
Estrategias de Control y Prevención
Frente a este panorama, las comunidades autónomas han optado por medidas profilácticas, como mantener una calificación sanitaria inferior para eliminar únicamente a los animales afectados. Esta estrategia busca minimizar las pérdidas económicas y el impacto emocional en los ganaderos. Sin embargo, la Xunta de Galicia ha adoptado una postura más drástica con la orden de evacuación sanitaria, lo que ha generado un debate sobre la efectividad y sensibilidad de estas medidas.
El Precio del Vaciado Sanitario
La realización de un vaciado sanitario no solo implica una pérdida significativa de ingresos, estimada en 800 euros por animal sacrificado, sino también un golpe emocional para los propietarios, que ven desvanecerse el esfuerzo y los ahorros invertidos en sus explotaciones. La finca de Manzaneda es un claro ejemplo de cómo estas políticas pueden devastar la economía de una explotación y afectar profundamente a las familias que dependen de ella.
Recuperación y Desafíos Posteriores
La recuperación de una explotación después de un vaciado sanitario es un proceso largo y costoso. Los ganaderos deben enfrentarse a la tarea de reponer el ganado, adaptarlo a las condiciones de la granja y esperar, en promedio, dos años para retomar la producción a pleno rendimiento. Este desafío se ve agravado por la disminución de las subvenciones de la Política Agrícola Común (PAC) y una burocracia asfixiante.
Desde el Sindicato Lábrego Galego-Comisiones Lábregas (SLG-CCLL), se exige a la Xunta de Galicia la implementación de medidas de apoyo que permitan a los ganaderos afectados reponer sus animales sin incurrir en costes adicionales. Asimismo, se demanda una mayor empatía y sensibilidad por parte de las autoridades, reconociendo el duro golpe que supone para los ganaderos la pérdida de sus animales y, con ello, una parte significativa de su sustento.
El vaciado sanitario no solo representa una crisis económica para las explotaciones ganaderas afectadas, sino también una crisis emocional. Es fundamental que las políticas y medidas adoptadas por las autoridades sean sensibles a estas realidades, equilibrando la necesidad de control sanitario con el impacto humano y económico de estas decisiones. La solidaridad, el apoyo y la comprensión son clave para superar estos retos y asegurar el futuro del sector ganadero.