La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA-UCE) de Extremadura ha levantado la voz para demandar a las industrias del tomate en la región un aumento en los precios que permita cubrir los crecientes costos de producción. La denuncia de un incremento del 9% en los costos, elevando el precio por tonelada de 138 euros a 145 euros, ha llevado a la organización a pedir a productores y a las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH) que establezcan precios más altos que los del año pasado.
Ignacio Huertas, secretario general de UPA-UCE, ha destacado que este llamamiento se realiza a pesar de las incertidumbres climáticas presentes en algunas zonas, como la cuenca del Guadiana, donde aún no está asegurada la campaña. Huertas subraya la importancia de garantizar precios rentables para evitar que los agricultores opten por cultivos alternativos, como olivar o almendro, lo cual podría tener consecuencias negativas para la producción de tomate en la región.
La organización agraria destaca que, aunque las industrias han experimentado un año positivo con un aumento significativo de entre el 25% y el 30% en el precio del tomate transformado, los beneficios no se han traducido proporcionalmente en una mejora de la rentabilidad para los productores. La solicitud de precios más justos busca equilibrar la ecuación económica para los agricultores y garantizar la sostenibilidad de sus explotaciones.
Precio del tomate
Según UPA-UCE, la campaña 2023 muestra signos mixtos. Aunque la superficie cultivada ha experimentado un aumento, pasando de 19,500 hectáreas a 22,000 hectáreas, aún no ha alcanzado la cifra tradicional de 24,000 hectáreas. La producción, especialmente en las Vegas Altas, se ha visto afectada por problemas climatológicos y fitosanitarios, lo que ha llevado a una cosecha inferior a las expectativas.
La subida del 9% en los costos, según la organización agraria, representa un desafío adicional para los agricultores, cuya rentabilidad no ha experimentado el aumento esperado cuando se firmaron los contratos. Este panorama destaca la necesidad de una revisión urgente de los precios para garantizar que los agricultores puedan cubrir sus gastos y mantener la viabilidad de sus explotaciones.
UPA-UCE Extremadura también ha lamentado la situación de las explotaciones afectadas por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, señalando que el 70% de ellas aún no ha recibido las ayudas prometidas. Ignacio Huertas denuncia la falta de una línea de ayuda general para todas las explotaciones, independientemente de si notificaron o no la enfermedad. Además, destaca que el 50% de los animales en la región aún queda excluido de estas ayudas, lo que considera claramente insuficiente.
Esta llamada de atención de UPA-UCE resalta los desafíos que enfrenta el sector agrícola en Extremadura y subraya la importancia de establecer medidas concretas para proteger los intereses de los agricultores y garantizar la seguridad alimentaria en la región.
El llamado de UPA-UCE llega en un momento crucial en el que la incertidumbre climática añade complejidad al panorama agrícola. La preocupación por la cuenca del Guadiana, donde la campaña aún no está asegurada, resalta la vulnerabilidad de los agricultores frente a factores climáticos impredecibles. Esta incertidumbre hace que la necesidad de precios justos sea aún más imperativa para proporcionar estabilidad a los agricultores y mantener la producción de tomate como una actividad viable en la región.
El informe de UPA-UCE sobre los rendimientos medios de 86,57 toneladas por hectárea, aunque ligeramente mejor que el año anterior, revela la influencia de los desafíos climáticos y fitosanitarios en la producción. La situación desigual entre las Vegas Altas y Bajas subraya la variabilidad del impacto de estos factores en diferentes áreas de la región. Esta disparidad refuerza la necesidad de un enfoque personalizado para abordar los desafíos específicos de cada zona.
Ante la situación económica y climática desafiante, UPA-UCE hace un llamado a la solidaridad sectorial. Insta a productores y Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas a colaborar en la búsqueda de soluciones que beneficien a todos los actores de la cadena de producción. La sostenibilidad del sector agrícola depende de una respuesta colectiva y coordinada para superar los desafíos presentes y futuros.
El llamado de UPA-UCE no solo resalta los desafíos actuales sino que también subraya la importancia de políticas agrícolas sostenibles a largo plazo. La organización aboga por la implementación de medidas que protejan los intereses de los agricultores, promuevan la estabilidad económica y fomenten la resiliencia frente a las amenazas climáticas. La colaboración entre el sector agrícola, las autoridades y las industrias es esencial para construir un futuro más sostenible y próspero para la agricultura en Extremadura.