Un panorama desastroso que requiere medidas excepcionales. UPA Andalucía muestra una enorme preocupación por la grave sequía que está afectado a todos los cultivos y al ganado con un 22% menos de precipitaciones que la media de los últimos 25 años. Unos efectos perniciosos que se están notando, sobre todo, en el algodón, donde las pérdidas alcanzan ya el 40% de la producción, aunque nos tenemos que serán mayores incluso porque el secano, prácticamente, no tiene fruto ya que las moñas están encasquilladas y la planta apenas levanta una cuarta del suelo; mientras que el regadío, aunque mejora sensiblemente, también sufre retrasos vegetativos importantes que se suman a las restricciones de riego. A esto tenemos que añadir que en la zona productora de Andújar (Jaén) y alrededores, los agricultores están padeciendo un severo ataque de la plaga de earia insulata que causará aún pérdidas más graves.
Ante este panorama desastroso, desde UPA Andalucía pedimos a la Consejería de Agricultura que haga una profunda reflexión y revise la normativa en lo que atañe a las exigencias para garantizar la percepción de las ayudas por parte de los agricultores. De ahí que propongamos medidas excepcionales como la modificación del artículo 5 de la Orden para el cobro de la Ayuda al Pago Específico del Algodón y que los rendimientos mínimos establecidos, para una campaña normal, en 500 kilos por hectárea de secano y 1.000 en regadío, “sean este año de 0 para el secano y de 500 kilos para el regadío”.
Con respecto a los agricultores con compromisos vigentes en la ayuda agroambiental 10.1.5 sobre Sistemas Sostenibles de Cultivos Agroindustriales, solicitamos, como medida excepcional, que se “libere al agricultor del cumplimiento del compromiso de siembra de cultivos específicos para las enmiendas orgánicas como las leguminosas, sin dejar de percibir la ayuda, una vez recolectado el algodón, ya que esto supondría un gasto extra que, debido a las condiciones actuales de sequía, no se podrá ejecutar de forma correcta ya que el terreno no tiene suficiente humedad para que ese cultivo fermente una vez incorporado al suelo convenientemente, y, además, limitaría la superficie cultivable ante la alternativa de poder sembrar un cultivo de invierno como el cereal y obtener de él una rentabilidad que compense las pérdidas que pueda tener el agricultor derivado del algodón”.
