La vendimia de 2024 se perfila como una de las más críticas en la historia reciente del sector vitivinícola español. Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha lanzado una dura advertencia sobre la grave situación económica que están enfrentando los viticultores, con pérdidas estimadas en 1.500 millones de euros debido a la posición de dominio ejercida por los principales grupos bodegueros. Esta organización denuncia que estos grandes grupos están manipulando los precios de compra de la uva, dejándolos por debajo de los costes de producción, lo que podría llevar al colapso económico a numerosos viticultores.
Precios Ruinosos para las Variedades de Uva: Un Análisis Detallado
El problema radica en que los precios actuales de las principales variedades de uva se han desplomado a niveles que Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos considera ruinosos. La situación es particularmente grave en Castilla-La Mancha, donde las variedades más comunes, como el airén en uvas blancas y el tempranillo en uvas tintas, constituyen más del 65% del viñedo. Según un informe de la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha de 2022, los costes de producción de estas variedades oscilan entre 0,40 €/kg y 0,50 €/kg. Sin embargo, los precios actuales en el mercado se encuentran muy por debajo de este rango, con valores tan bajos como 0,23 €/kg para el airén y cifras ligeramente inferiores para el cencibel.
Estos precios representan una reducción de casi el 50% por debajo de los costes de producción, lo que pone en riesgo la sostenibilidad económica de muchas explotaciones vitivinícolas. La organización alerta que, si estos niveles de cotización se generalizan, las pérdidas de renta para los viticultores podrían ascender a 1.500 millones de euros en todo el país, afectando especialmente a las regiones de Castilla-La Mancha, Extremadura y parte de la Comunidad Valenciana.
Impacto Económico: 1.500 Millones de Euros en Pérdidas
La cifra de 1.500 millones de euros en pérdidas no es simplemente un número; representa la posible desaparición de muchas pequeñas y medianas explotaciones vitivinícolas que son el corazón del sector en España. La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos subraya que este impacto no solo afectará a los productores de uva, sino que tendrá repercusiones en toda la cadena de valor del vino, desde la producción hasta la comercialización.
Las bodegas se han beneficiado de la situación económica precaria de muchas explotaciones, imponiendo precios que no reflejan la realidad del mercado, especialmente en un contexto donde los vinos blancos no están enfrentando los mismos problemas de demanda que los vinos tintos.
Los datos del INFOVI (Informe del Mercado del Vino) a los que hace referencia la Unión de Uniones indican que las existencias de vino blanco en Castilla-La Mancha al 30 de junio de 2024 eran de 2,3 millones de hectolitros, la mitad que en el mismo período de la campaña anterior. Esto evidencia que el mercado del vino blanco no se ha visto afectado por una baja demanda, lo que refuerza la denuncia de la organización sobre la manipulación de precios.
La Posición de Dominio de los Grandes Bodegueros
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos acusa a los grandes grupos bodegueros de aprovecharse de su posición dominante en el mercado para imponer precios injustos, especialmente al inicio de cada campaña.
Esta estrategia deliberada de mantener los precios bajos desde el comienzo tiene como objetivo tensar la frágil viabilidad de los productores, forzándolos a vender a precios que no cubren ni siquiera los costes básicos de producción. Esta práctica, que se repite año tras año, es una clara muestra de cómo estos grupos utilizan su poder para explotar a los viticultores, quienes no tienen otra opción que aceptar estos precios o enfrentarse a la posibilidad de no vender su cosecha.
Además, la organización destaca que no hay justificación para que los precios de las distintas variedades de uvas tintas y blancas sean similares en territorios con Denominación de Origen (DO) y en territorios con Indicación Geográfica (IG), salvo algunas excepciones. Este fenómeno está desvirtuando el papel de las figuras de calidad y no compensa los sobrecostes productivos que conlleva cumplir con los estrictos requisitos de las DO.
Medidas Legales en Curso: Denuncia ante la AICA
Ante esta situación, Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos no se ha quedado de brazos cruzados. La organización está estudiando la posibilidad de presentar una denuncia ante la AICA (Agencia de Información y Control Alimentarios) por lo que consideran prácticas abusivas por parte de los grandes grupos bodegueros. Según la organización, estos actos podrían ser constitutivos de infracción de la Ley de la Cadena Alimentaria, que busca garantizar un equilibrio justo en las relaciones comerciales entre los diferentes eslabones de la cadena alimentaria.
La AICA es la entidad responsable de asegurar que se cumplan las normativas que protegen a los productores frente a prácticas desleales y abusivas. Si la denuncia prospera, podría suponer un punto de inflexión para el sector, poniendo fin a años de injusticias y devolviendo a los viticultores la capacidad de negociar precios que reflejen verdaderamente el valor de su trabajo y los costes asociados.
La Necesidad de un Cambio Urgente
La vendimia de 2024 ha puesto en evidencia una vez más las desigualdades y los abusos que persisten en el sector vitivinícola español. Unión de Uniones ha alzado la voz en defensa de los viticultores, denunciando prácticas que, de no ser corregidas, podrían llevar a la desaparición de un gran número de explotaciones vitivinícolas en España. Con pérdidas estimadas en 1.500 millones de euros, la urgencia de actuar es clara. La denuncia ante la AICA es un paso en la dirección correcta, pero se necesita un cambio estructural en el sector para garantizar que los viticultores reciban un precio justo por su trabajo.
Es imperativo que tanto los productores como los consumidores y las instituciones se involucren para corregir estas prácticas desleales y asegurar la sostenibilidad del sector vitivinícola en el largo plazo. Solo así se podrá preservar un sector que es vital no solo para la economía rural, sino también para la cultura y tradición de España.