Unió de Pagesos pide a la Generalitat que limite las explotaciones lecheras en 300 vacas para evitar un modelo de sector con macrogranjas

Agronews Castilla y León

13 de diciembre de 2018

vacuno de leche

Unió de Pagesos ha pedido al Departamento de Agricultura de la Generalitat la limitación de las explotaciones de vacuno de leche en Cataluña un máximo de 300 vacas en producción por granja, con el objetivo de detener la desaparición de más explotaciones competitivas, teniendo en cuenta las dificultades de estas ante la negativa de la industria a comprarlos el producto. El sindicato denuncia, en un documento de propuestas enviado al Departamento, el crecimiento de las explotaciones muy grandes, con miles de vacas, que incentiva la industria, y por otro lado, el hecho de que esta misma industria cada vez más a menudo deja de recoger la leche al resto de granjas, a pesar de ser competitivas.

Para Unió de Pagesos, la situación del sector, que arrastra una larga crisis a la que se añaden precios bajos, requiere una actuación urgente, y propone a la Administración una moratoria para la ampliación de las explotaciones lecheras que se encuentren en ese límite de 300 vacas, así como la modificación de la normativa para introducir este cambio.

Cabe recordar que desde que terminó el sistema comunitario de las cuotas lácteas, en marzo de 2015, los ganaderos pasaron a depender de la industria mediante un contrato. Aunque la reestructuración del sector, coincidiendo con el periodo de las cuotas entre 1992 y 2015, comportó que en Cataluña cerrara el 85% de las explotaciones, según datos del Ministerio de Agricultura, al finalizar esta etapa el sector era competitivo. Sin embargo, desde marzo de 2015 hasta octubre de 2018, la reducción del número de explotaciones que entregan leche ha sido del 25%; han pasado de 635 a 476.

Los industriales, ganaderos y teóricos defensores del modelo de las macrogranjas se basan en un déficit de producción de leche, en Cataluña y en España, causado por los miles de explotaciones que han cerrado en los últimos años. En cambio, la industria deja de recogerla en las granjas catalanas que los últimos años han multiplicado la producción y la dimensión para ser viables y competitivas. Sin embargo, estas luego no encuentran compradores. También hay que tener presente que desde el 2015, año en que se terminó el sistema de las cuotas lácteas, ya no están vigentes los planes de abandono indemnizados; por tanto, los que ahora abandonan no reciben compensación alguna.

Unió de Pagesos advierte que muchas de estas granjas han hecho un esfuerzo por modernizarse y alcanzar un nivel de competitividad que las ha hecho viables, con una producción reconocida de máxima calidad, y que la actividad de las que ha sido motor económico en muchas comarcas. Por ello, es necesario que el Departamento implique en detener el crecimiento del modelo de las macrogranjas, como han hecho el Gobierno francés o el vasco.

El sindicato también considera que el modelo de las explotaciones demasiado grandes implica, por sus características, un mayor riesgo en la gestión sanitaria y de consecuencias más elevadas, ya que en caso de problemas de este orden provocaría una cadena de afectaciones, a la industria implicada y otras explotaciones cercanas.

Otros factores en contra de las macrogranjas son, para Unión de Pagesos, las dificultades que implica la gestión medioambiental y la garantía del cumplimiento del mismo nivel de bienestar animal que una granja con dimensiones más óptimas.

Otra de las propuestas del sindicato es que España limite el acceso de las ayudas asociadas de la Política Agraria Común (PAC) para el sector lechero, ya que, teniendo en cuenta que se establecieron para garantizar la viabilidad de las explotaciones y para reducir el riesgo de abandono, no cumplan estos objetivos. La regulación de esta ayuda en España establece el cobro de un valor unitario para las primeras 75 vacas de una granja y la mitad de este valor para el resto, sin límite, lo que puede favorecer el crecimiento de las macrogranjas.

Además, también hay que limitarlos para que, en determinadas circunstancias, hay explotaciones sin tierra que perciben un importe unitario superior para las vacas y que no se reduce a la mitad a partir de las 75 primeras, lo que conlleva un nivel de ayuda superior respecto al resto de las explotaciones.



Share This