
Unió de Pagesos advierte que el actual contexto de grave sequía del país puede comportar dificultades para encontrar alimento para el ganado de ovino y caprino de forma inminente. Este problema se añade a una situación de crisis del sector, con unos costes de producción muy elevados, un aumento del precio del pienso que se ha duplicado en el último año y medio y un descenso del consumo de esta carne, que ha caído casi el 57% en Cataluña desde 2006, entre otras cuestiones. Por todos estos motivos, el sindicato pide a la Administración que ponga en marcha medidas para que no pliegue ninguna explotación más.
El sindicato explicó esta situación hoy, en rueda de prensa en Girona, en la que intervinieron Jordi Armengol, responsable de Sectores Ganaderos; Brigitte Garolera, responsable del sector Ovino y Cabrum, y Josep Guitart, miembro de la ejecutiva de ovino y caprino.
Uno de los problemas que pone en riesgo el sector ovino y caprino actualmente es el efecto de la sequía, tanto en lo que respecta al precio del alimento, con la previsión de que seguirá aumentando, como por la escasez, que también irá a más. Hay que tener en cuenta, en cuanto a la ganadería extensiva, que muchos rebaños han tenido que empezar a completar su alimentación porque los pastos ya están muy secos, como lo están habitualmente a finales de verano.
Unió de Pagesos defiende que los ganaderos de extensivo, a pesar de la importante labor que hacen del mantenimiento del sotobosque y de la prevención de incendios, deben ganarse la vida con unas condiciones que aseguren una producción económicamente viable; por tanto, también es necesario que durante todo el año tengan garantizada una alimentación de calidad para producir carne. El sindicato pidió también ayer al Departamento, en el marco de la Mesa agraria de la sequía, que solicite a Agroseguro un peritaje urgente de la pérdida prevista de cosecha de cereal, y que se permita el aprovechamiento de pasto para la ganadería extensiva.
El número de granjas de ovino en Cataluña era de 2.163 en 2022, mientras que las de cabrío eran 1.443, según datos del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural. Las de ovino se han reducido un 5% entre 2018 y 2022, y las de caprino, un 4% en el mismo periodo. Los bajos precios en origen tampoco ayudaron a revertir la tendencia del descenso. El precio medio registrado en 2023 es de 3,96 euros el kilo vivo de cordero, prácticamente el mismo que el del año pasado. En cuanto al caprino, el precio medio por canal de ganado fue de 13,5 euros el kilo canal, y un cabrito lechal tipo de 4,3 kilos canal, de un 70 euros brutos, un valor bajo si se compara con el precio de la leche para alimentarle.
En cuanto al consumo, aunque las recomendaciones de las autoridades sitúan la carne de ovino y caprino como alimento que debe consumirse de forma ocasional, el sindicato recuerda que en el caso del cabrito se trata de una carne con poca grasa y mucha proteína, vitaminas y otros elementos.