Cambios en la denominación del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas. El paisaje profesional de España experimenta un giro significativo con la reciente aprobación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en torno a la denominación de uno de sus colegios más emblemáticos en el sector agrícola.
Cambios en el nombre, pero no en la esencia: Ingenieros
El Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Peritos Agrícolas de España evoluciona en su nombre para ser más inclusivo y representativo. Con la nueva denominación, el Consejo abarca ahora oficialmente a los Graduados en Ingeniería Agrícola de España, evidenciando el compromiso del país con la adaptación y actualización continua a las realidades y necesidades del sector educativo y profesional.
La incorporación de la titulación de “Graduado” no solo busca ampliar el espectro de profesionales representados, sino que también tiene como
objetivo brindar una mayor seguridad jurídica en el marco del proceso de adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior. Este es un paso crucial en el reconocimiento y legitimación de los titulados de Grado en el ámbito profesional.
¿Por qué es importante este cambio?
El nombre de un colegio profesional no es meramente simbólico. Representa identidad, misión y alcance. Sin embargo, también puede tener repercusiones significativas en términos de competencia en el mercado laboral. Al no tener una Ley de Colegios Profesionales claramente establecida en España, el riesgo radica en que se otorgue, por defecto, una exclusividad tanto a la entidad en sí como a sus miembros colegiados.
La CNMC, consciente de este desafío, ha analizado en profundidad el proyecto de Real Decreto. Tras su revisión, ha concluido que, en el caso del cambio de denominación propuesto, no hay riesgos competitivos. La razón principal es que la profesión de Ingeniero Técnico Agrícola ya está, de hecho, sujeta a colegiación obligatoria.
Una reforma urgente en el horizonte
Pese a que este cambio de nombre ha recibido el visto bueno, la CNMC ha reiterado que el sector profesional, y en particular el ámbito de colegios, necesita una reforma profunda. Es vital abordar cuestiones pendientes, como la obligatoriedad de colegiación y las reservas de actividad, para garantizar que el sistema sea equitativo, transparente y representativo de las necesidades actuales del mercado laboral.
Conclusión
El reciente cambio de denominación del Consejo General es un paso positivo hacia un panorama profesional más inclusivo y representativo en España. Sin embargo, también destaca la necesidad urgente de abordar y reformar la estructura y regulación de los colegios profesionales en el país. Con un enfoque claro y decidido, España puede garantizar que sus profesionales, tanto actuales como futuros, operen en un entorno justo, competitivo y adaptado a las realidades del siglo XXI.
