Termina el invierno y toca hacer balance. En la sede de la AEMET en Valladolid, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, y el delegado regional de la Agencia, Manuel Mora, han valorado la climatología de esta campaña invernal que está próxima a su fin. Según los datos aportados, esta estación ha sido algo más cálida de lo habitual y también más húmeda.
Concretamente, la temperatura ha estado 0,7 grados por encima de la media establecida entre 1991 y 2020. Esta desviación se ha producido debido especialmente al mes de diciembre, inusualmente caluroso en toda Castilla y León, ya que enero se ha considerado climatológicamente normal, y febrero ha sido más frío de lo habitual.
El balance de precipitaciones es el de un invierno húmedo en prácticamente en toda la comunidad, salvo en algunos puntos del nordeste regional. La media de días que el cielo ha arrojado agua de forma considerable ha sido de 32, siendo 6 de ellos en forma de nieve. La media de litros por m2 se ha situado de manera general entre los 149 y los 274, valores superiores a lo normal.
Respecto a ello, Virginia Barcones ha destacado el episodio de nevadas de los días 17 y 18 de enero, que corresponden a borrasca FIEN, y que dejaron acumulaciones superiores a los 50 cm de nieve en el norte de León y 20 cm en el norte de Burgos, así como las nevadas en la meseta del 23 de febrero.
Este invierno ha sumado 46 días de helada, frente a los 51 del año anterior, que coincidió con la media de 1991 a 2020. En febrero hubo un episodio especialmente cálido en la Comunidad Autónoma, con mínimas y máximas por encima de lo normal, entre el 16 y el 20 de febrero. De hecho, en esos días se alcanza la temperatura más alta de toda la estación en Villafranca de Bierzo, donde el mercurio alcanzó los 21,5 grados el 20 de febrero. La mínima del invierno corresponde a la localidad soriana de San Pedro Manrique, que alcanzó -14,2 grados el 25 de febrero.
Alguna efeméride que deja el invierno es la temperatura media máxima de Soria en diciembre, que con 6,9 grados es el valor más alto en este mes desde 1943, característica que comparte Burgos, con sus 7,2 grados. El viento también se dejó notar en Villanubla el 16 de enero, con un recorrido del viento de 1.235 km, valor máximo diario en un mes de enero desde el año 1969. Destacable también fue la alta temperatura mínima con la que Segovia dio la bienvenida al año 2023, ya que el 1 de enero hubo una mínima de 10,3 grados, el valor máximo desde 1963.
Restricciones en el riego
A pesar de que ha sido un invierno húmedo menos en el norte y este de Burgos, persisten condiciones de sequía a escala superiores a un año, por lo que la campaña de riego empezará el 1 de abril con alguna restricción. Particularmente será la zona Pisuerga-Bajo Duero la que iniciará la temporada con limitaciones, aunque será la Confederación Hidrográfica del Duero, después de reunirse con los regantes, la que determinará el alcance de estas.
La primavera se espera que tenga una temperatura media en Castilla y León algo más cálida, y normal o húmeda respecto a las precipitaciones. La previsión para el comienzo de la estación es estabilidad el martes y temperaturas suaves, aunque un frente atlántico puede dejar precipitaciones a partir del miércoles.
En cuanto al año agrícola, Manuel Mora ha comentado que ha sido algo más húmedo que el anterior, pero que los últimos 5 inviernos han sido cálidos o muy cálidos, por encima de la media.
El delegado de la AEMET no ha querido mojarse (y nunca mejor dicho) con la predicción para la Semana Santa, ya que no hay ninguna tendencia definida de momento, pero ha recordado que “en abril suele llover 8 días de media de forma apreciable en Valladolid”.
Por último, la delegada Virginia Barcones ha querido “poner en valor la labor que hace la AEMET, sus boletines y la alerta actualizada son claves para proteger a la sociedad civil. Los ojos de Manuel Mora son mis ojos a la hora de tomar mis decisiones”.
